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El ERE del piso asistido se cierra sin acuerdo

Pelearán porque se les otorguen quince días, pagados o en concepto de vacaciones, al no ser avisadas con antelación

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  • La última concentración. -

Ayer se ponía punto y final a la vida en el piso asistido, aunque quedaba poca debido a que las dos últimas mayores que estaban en este recurso social ya habían salido a principios de junio, pero como ya publicara este medio, la plantilla tenía que continuar acudiendo a realizar su jornada laboral, puesto que hasta ayer no se produjo la finalización del contrato entre el Consistorio y la empresa concesionaria, Asisttel.

Trabajadoras, sindicatos y empresa estuvieron reunidos ayer para intentar cerrar el ERE (Expediente de Regulación de Empleo) extintivo, aunque no hay acuerdo, puesto que, como las trabajadoras no han sido informadas de esta actuación con quince días de antelación, consideran que, o bien se le pagan o se les dan en concepto de vacaciones, pero la empresa sólo está dispuesta a reconocer nueve días, y como la plantilla entiende que es un derecho que les corresponde, ya confirmarán cómo los reclaman. Además, quiere hacer que las indemnizaciones que corresponden a las trabajadoras estén ligadas a los pagos que el Consistorio debe hacerles, a lo que también se niegan, como explican las propias afectadas.

Finalmente tres de las 17 trabajadoras (aunque una está de excedencia) han sido recolocadas, trabajos ofrecidos por la empresa, en una guardería, una residencia en Sevilla y ayuda a domicilio a Puerto Real. Las demás ni siquiera encontraron el apoyo o la recolocación por parte del Consistorio, aunque solicitaron al alcalde, Enrique Moresco, en la reunión mantenida con él la semana anterior, que les buscaran una salida profesional, porque “han hecho lo más fácil, recolocar a los abuelos y dejarnos en la calle a nosotras”. El resto de la plantilla está en el paro, correspondiéndoles 20 días por año trabajado, como marca la reforma laboral, explican.

Sentimiento de impotencia, rabia y desolación es lo que transmiten estas trabajadoras, pues como indican, son diez los años que han pasado trabajando en el piso asistido, luchando por el bienestar de los abuelos, “a los que hemos tratado como si fueran nuestra familia”, y ayer en cambio se veían recogiendo sus cosas, que como aseguran, no caben en una caja, con pena, lástima, pero sintiendo que tienen la conciencia tranquila porque han actuado siempre con “educación, haciendo propuestas, e intentando buscar una solución”, sin que el Ayuntamiento les haya dado una oportunidad.

Además, dejan claro, como ya hicieron saber al Consistorio, que en muchos casos eran sus sueldos los que suponían el sustento de sus familias, ya que hay casos de mujeres con cónyuges en paro, viudas con hijos a su cargo o separadas, por lo que no saben qué será ahora de su futuro inmediato.

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