Suele ser común en asociaciones y agrupaciones de distinta índole que la directiva tenga algún as en una manga, otro en la otra manga, y otros dos en los dobladillos del pantalón. Es una cuestión de poder, de guardarse para sí la información como un bien preciado que te hace disfrutar de más poder. El problema es que eso lo que hace es, precisamente, desacreditar, perder la confianza si alguna vez se tuvo.
Es una cuestión de poder, de guardarse para sí la información como un bien preciado que te hace disfrutar de más poder
Habitualmente, a los socios se les explica, sin demasiados detalles, lo que se está planteando a futuro para que se apruebe democráticamente, porque todos somos muy democráticos. Normalmente, por evitar historias, por salir del mal rollo, se deja pasar y se vota a favor. Total, casi nunca merecen la pena las pequeñas batallas. Entonces, al finalizar, entre los perdedores se escuchan mensajes tipo "yo lo haría de esta manera", "yo hubiera pensado en eso otro", "yo le habría dado tal carácter"..., pero ya es tarde. Que sea lo que Dios quiera.
Suele suceder también que el meollo del asunto lo manejen dos o tres, haciendo a los demás miembros de esa directiva que comulguen con lo que se plantea, ya que son jóvenes e inexpertos. Estos dos o tres manejadores dan pequeñas parcelas de poder, siempre controlando "porque eso se ha hecho así de toda la vida". Son convidados de piedra con poca voz, pero con un voto, además de que asumen el papel de soldadesca de la directiva en caso de ser necesario. Y también están los allegados, que exponen con una vehemencia y una seguridad aplastantes la lógica de la respuesta. “Todo el mundo no está preparado para conocer la verdad”, piensan.
En esas asambleas está todo decidido previamente y las respuestas, ante cualquier asunto que se plantee, son infantiles y pueriles, intentando hacer ver que está todo perfectamente controlado. Y los argumentos son tan contundentes que se contradicen, lo que los hacen menos verosímiles.
En definitiva, con la nariz tapada, se espera al resultado final de lo que se ha decidido entre todos. ¿Habrá alguna sorpresa final?
El Puerto
La sorpresa
Artículo de opinión de Quique Pedregal, periodista, coordinador de Viva El Puerto

- Quique Pedregal, periodista, coordinador de Viva El Puerto. -
- VIVA