Lo que ha vivido el club bilbaíno es algo difícilmente imaginable para un proyecto con apenas 11 años de vida y que hace dos semanas no había ni ganado su primer partido de "playoff" en ACB.
El equipo ideado por Gorka Arrinda y dirigido con asombroso magisterio por el griego Fotis Katsikaris ha certificado la machada en uno de los peores escenarios que se planteaba, el de tener enfrente a un Madrid acorde a su historia y dispuesto a vender cara su derrota, en vez del gélido e ineficaz rival al que vapuleó hace dos días en esta misma cancha.
Un Bilbao Arena repleto y con un 'efecto Miribilla' que se llevó por delante lo poco que quedaba ya de un proyecto blanco con muchos síntomas de agotamiento.
No ha estado el Madrid a la altura en esta serie, aunque es verdad que se ha encontrado con un enemigo en estado de gracia y con una intensidad y determinación, y que sus jugadores dieron la cara. Llegaron igualados al último minuto (70-70), pero ahí ganó el que más lo deseaba.
Y ese era un Bizkaia que ya nunca olvidará a Aaron Jackson, que logró 17 puntos y 24 puntos de valoración, protagonista principal del choque con 6 tiros libres decisivos entre los últimos 8 puntos de su equipo.
Como tampoco a Dimitrios Mavroeidis, Axel Hervelle, Marko Banic (12 y 17), que han completado una serie espléndida ante un contrario con una increíble batería de gigantes a los que han empequeñecido un día sí y otro también.
Incluso en el último cuarto, cuando Emanbuele Morin tiró de dos de sus torres, Ante Tomic (17 y 23) y D'or Fisher (12 y 16) para tratar de decantar definitivamente el partido. No lo logró porque parecía estar escrito que el Bilbao Basket iba a lograr el mayor hito de la historia del baloncesto vizcaíno, poco acostumbrados a tan elevadas citas.
Una salida briosa, con 7 puntos seguidos de Tomic, adelantaron que el Madrid no estaba dispuesto a permitir que le pasara de inicio lo de sus penosos dos últimos primeros tiempos.
No obstante, tras adelantarse 2-9 y 7-13 volvió a caer en la maraña defensiva del Bizkaia, que con un parcial de 12-3 dio la vuelta al marcador (19-16) antes de llegarse al final del primer cuarto de nuevo con ventaja visitante (19-20).
Tan exigua diferencia en el electrónico avanzaba el tramo de igualdad que iba a suponer el segundo cuarto hasta que, a poco del descanso, los de Molin volvieron a verse con una buena renta por delante (32-39).
Reaccionaron de nuevo los locales, más corales que los blancos, que tiraban mucho Sergio Rodríguez y Llull, para acercarse (38-39) y no llegar muy alejados al descanso (38-41).
En la segunda parte el 'efecto Miribilla' empezó a arreciar, como la defensa local, que provocó dos máximas ventajas de los de negro (48-44, 50-46) en medio de cierto desconcierto rival. Aguantó el tirón el Madrid con un par de canastas de Fisher y otra vez las cosas se equilibraron al máximo (50-50), con solo 12:21 por jugarse.
Un triple de Tucker completó un valioso 0-7 para su equipo (50-53), pero el choque no cambió de dinámica a la conclusión del tercer cuarto (54-55).
Hizo un amago de escapada el Madrid al inicio del último cuarto (56-62) y parecía sobrevolar sobre Miribilla el fantasma del quinto partido, pero de nuevo se levantó el Bizkaia para, de la mano de un fantástico Jackson (8 puntos y 15 de valoración), aguantar, primero, el tirón del conjunto blanco y, después apuntillarle con penetraciones imposibles y entereza desde el tiro libre.
Fue desde esa posición donde consiguió 6 de los 8 últimos puntos de su equipo desde el 70 iguales con el que se llegó al último cuarto. Los otros dos puntos locales llegaron en una canasta a aro pasado de Hervelle que plasmó en toda su dimensión la determinación con la que su equipo ha encarado los playoff, la serie contra el Madrid y este cuarto partido de ella.