La OCDE es más optimista que el Gobierno español, que esta semana ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento para este año al 2,7 %, y cree que el producto interior bruto (PIB) subirá un 2,8 %, el segundo mayor de todos los países miembros, sólo por detrás de Turquía.
En su informe interino de Perspectivas publicado este miércoles, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) corrige al alza la previsión que había hecho en mayo en un punto porcentual, la más importante de ese grupo de países que también pertenecen al G20.
De hecho, el 2,8 % que augura para 2024 en España cuadruplica la del conjunto de la zona euro, lastrada en particular por Alemania, que se quedará en un crecimiento anémico del 0,1 %, y duplicará con creces a los otros dos grandes socios de la moneda única que son Italia (0,8 %) y Francia (1,1 %).
Con esta revisión al alza, España también se colocará en ritmo de expansión por encima de Estados Unidos (2,6 %) o Corea del Sur (2,5 %) y sólo le superará entre los grandes de la OCDE Turquía (3,2 %).
Esa misma situación se repetirá el año próximo. Los autores del informe anticipan que el PIB español subirá un 2,2 %, dos décimas más de lo que habían estimado en mayo. En este caso, el Gobierno se muestra más optimista, con su previsión del 2,4 %.
En cualquier caso, el crecimiento de España volverá situarse por encima de las otras grandes potencias del mundo desarrollado que son Estados Unidos (1,6 %), Japón (1,4 %), Corea del Sur (2,2 %) o sus socios europeos Alemania (1 %), Francia (1,2 %) e Italia (1,1 %) y de nuevo la única excepción volverá a ser Turquía (3,1 %).
No obstante, la progresión del PIB español no alcanzará el ritmo que se espera para el mundo en su conjunto (3,2 % tanto este año como el próximo), ni para el G20 (3,2 % y 3,1 %, respectivamente), en el que también están incluidas algunas de las grandes potencias emergentes como China, India o Brasil.
La OCDE cree que la inflación en España será este año de media del 3 %, superior a la de casi todos los otros miembros que también forman parte del G20, con la salvedad de México (4,5 %) y, sobre todo de Turquía (56 %), y en particular netamente más elevada que la de la zona euro en su conjunto (2,4 %).
La situación es muy diferente si lo que se considera es la inflación subyacente, la que no tiene en cuenta los elementos más volátiles que son la energía y los alimentos, ya que el 2,6 % de España en 2024 es inferior a la de la eurozona en su conjunto (2,8 %) e incluso a la de Estados Unidos (2,7 %).
Los autores del informe hacen notar que España es uno de los países del G20 en los que más poder adquisitivo han ganado los salarios desde el cuarto trimestre de 2019, es decir, desde antes de que estallara la crisis de la covid.
En España los salarios reales han aumentado en esos cuatro años y medio un poco más del 2,5 %, y sólo tienen cifras más favorables Estados Unidos y, sobre todo Brasil.
La OCDE hace un análisis comparativo entre los países del G20 de las trabas reglamentarias que tienen para la competencia en los mercados de bienes y servicios, y que constituyen un obstáculo para el aumento de la productividad y de la inversión, que son claves dadas las perspectivas de crecimiento modesto que se presentan.
España es uno de los más abiertos en el caso del mercado de productos, sólo por detrás de Reino Unido y Francia, pero sin embargo se sitúa en el furgón de cola en los servicios, únicamente por delante de Corea del Sur y Turquía. Además, la situación ahí se ha deteriorado ligeramente entre 2018-2019 y 2023-2024.