Resulta complicado no ilusionarse con el inicio de temporada de este
Málaga CF. Con una plantilla muy similar a la de Primera Federación, los blanquiazules han sabido adaptarse en estos primeros compases al cambio de categoría. Esta idea, cimentada en los empates ante Racing de Ferrol y Mirandés, se refrendó con la
victoria frente al Albacete.
Cinco puntos de nueve posibles, cero derrotas y una quinta posición que siempre resulta agradable de visualizar. Por supuesto, lo más importante de todo: el 10% del objetivo '50 puntos' ya está conseguido.
El inicio invita al optimismo, sí, pero no se debe caer en la euforia. Con los pies en el suelo siempre. El Málaga aterriza de nuevas en la que es, probablemente, la
Segunda División más igualada de la historia (al menos, la que más nombres históricos atesora). El objetivo, único y primordial, debe ser la permanencia.
Para muestra de todo lo relatado, un botón. Debemos retroceder tres temporadas, hasta la
2021-22, para ver un arranque igual de positivo que el actual. Aquel Málaga, entrenado por José Alberto López y con futbolistas como
David Lombán, Brandon Thomas o Paulino de la Fuente también hizo un 5/9 inicial: empató en casa ante Mirandés (0-0), fuera contra el Ibiza (2-2) y venció por la mínima en La Rosaleda al Alcorcón (1-0), merced a un gol de
Alberto Escassi.
Estos resultados dieron paso al optimismo. Más de seguro que
soñaba con el ansiado regreso a Primera División. La realidad es que Segunda División es una categoría muy larga y en la que cualquier error te penaliza.
La parroquia malaguista se las prometía muy felices tras las
dos victorias consecutivas ante Tenerife (1-0) y Las Palmas (2-1) en las jornadas 16 y 17, respectivamente. Séptimos, a un punto de play-off y haciendo de Martiricos un fortín. Sin embargo, todo se vino abajo de golpe y porrón.
Desde aquel 20 de noviembre,
los boquerones no volvieron a ganar un partido como local. El rumbo en el banquillo comenzó a ir a la deriva, primero con la desastrosa contratación de
Natxo González y, posteriormente, con la llegada de
Pablo Guede.
Tan solo el amplio colchón obtenido en la primera vuelta permitió al club salvar la categoría. Desde aquella jornada 17 contras Las Palmas hasta la 42, el Málaga
tan solo ganó cuatro partidos más. Finalizó el curso decimoctavo con 45 puntos, dos por encima de un Amorebieta que descendió. Para el olvido quedan actuaciones tan lamentables como la de la derrota por 0-5 ante el Ibiza.
Pese a que la situación en los despachos sigue sin resolverse, el
momento deportivo es claramente otro, con un director deportivo en el que se confía y un entrenador de la casa que, con sus aciertos y errores, ha conseguido crear un grupo compacto que cree en él.
Tan solo el tiempo dirá de lo que son capaces estos chicos, pero aquel Málaga CF de la temporada 2021-22 es el claro ejemplo de que en la categoría de plata
no está permitido el más mínimo ápice de relajación.