Ha pasado una semana y dos días desde que la borrasca Nelson arrancase las grapas que sujetan en el aire los cables de alta tensión; que dan electricidad a siete bloques de la urbanización de Puertomar en Valdelagrana. Los cables que cayeron al interior de la piscina de la urbanización, el pasado Sábado de Resurección, fueron recolocados temporalmente con cuerdas ese mismo día por, la empresa subcontratada por Endesa, Moneleg. Desde Moneleg aseguran que tienen todo listo para la reparación, pero no pueden proceder sin la autorización de Endesa.
Una solución provisional que se ha prolongado más de lo esperado para los residentes, que ya advirtieron hace un mes y medio que algunas grapas estaban sueltas. "Se podía haber evitado con un buen mantenimiento. Los cables estaban ya un poco abombaos. Dimos el aviso hace un mes de que algunas grapas habían saltado pero no hubo respuesta por parte de Endesa", explica un vecino de la urbanización.
Ante el riesgo de que vuelva a caer y pueda ocasionar daños personales a quienes pasen por debajo, así como algún corte de luz, los vecinos han presentado una reclamación a Endesa a través de la intercomunidad y las distintas administraciones de fincas individuales. Califican la medida como una "chapuza de las buenas, cutre y muy peligrosa" y exigen a la compañía que proceda con urgencia a realizar la reparación definitiva que una el cable azul al cable de acero. Recuerdan que, a pesar de no ser verano y de que los bloques de piso no estén llenos, hay residentes permanentes que transitan por debajo.
Por su parte, Endesa ha respondido que es prioritario y que irán cuando puedan.