El edificio del número 34 de la calle San Clemente de la capital está siendo demolido, tras años apuntalado y acotado por el estado de deterioro del mismo, fruto del abandono de la familia propietaria, que se negaba a hacerse cargo del derribo. Tal es así, que el Ayuntamiento tuvo que revisar el edificio, que presentaba un estado de ruina inminente.
Con un contrato de emergencia, se ha procedido al derribo, pero se ha hecho en unas fechas que ha despertado el malestar entre comerciantes, viandantes y oposición. Y es que a la obra de demolición se une la de la construcción de viviendas y otra, surgida por problemas de tuberías subterráneas, que han hecho que se tenga que actuar en una nueva parte de la calle.
Transitar por la zona es prácticamente imposible por la cantidad de máquinas que ocupan la calle.
Desde el grupo Popular del Ayuntamiento de Jaén ha emitido un comunicado cuestionando que el equipo de Gobierno haya procedido a la demolición de edificio en ruinas en plena Navidad. “Aunque el derribo era necesario, llevarlo a cabo en este período genera perjuicio a los propietarios de negocios de una de las principales calles comerciales de la ciudad”, valoró el concejal Manuel Palomares. Recordó que el grupo Popular pidió la demolición desde hace dos años y medio, como acreditan las comparecencias en los consejos y la intervención en plenos. De ahí que, aunque muestre su acuerdo con el derribo, cuestione la fecha escogida por el alcalde para llevarlo a cabo, a quien pide que “se ponga en la piel de los comerciantes”.