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Viernes 19/04/2024  

Educar para el futuro

Darse cuenta de la trampa antes de que sea demasiado tarde

En una sociedad democrática los políticos que la representan no pueden perjudicarla y coartar su libertad favoreciendo que sus ideas sectarias

Publicado: 15/05/2020 ·
11:28
· Actualizado: 15/05/2020 · 11:29
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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En Masterchef una concursante presento un plato con una perdiz sin cocinar y el jurado enfadado aseguró que se había equivocado al dejarla participar en el concurso de cocina. Un sindicato exige emitir disculpas públicas y asegura no sentirse orgulloso por los índices de audiencia si se obtienen vulnerando el respeto a los principios que construyen a las personas. Si nunca nadie dice nada contra lo que suele hacerse en este tipo de concursos, ¿por qué en este caso interviene un sindicato?

Todo se aclara al leer su comunicado: “Saray es una persona que debe ser cuidada y protegida dadas las especiales circunstancias que la conforman como persona”, aludiendo al hecho de que la propia concursante se definió como gitana y transexual. No, no voy a dedicarme al salseo televisivo, tan solo presento lo que para el progre de manual (sectario y falso progresista) es una triple opresión, como ejemplo de que el sectarismo se está infiltrando en todas partes y no parece molestar a nadie (al menos en las televisiones).

Y no, no me olvido ni de la actual crisis sanitaria ni del gobierno sectario que legisla a su conveniencia a espaldas del parlamento y que ya mostró su cara dictatorial al intentar que las fuerzas de seguridad del estado impidan que se critiquen sus actuaciones, el gobierno que ahora termina de asomar su patita fascistoide para ir convirtiendo el estado de alarma en un auténtico estado de excepción, haciendo que sus delegados utilicen a la policía para impedir que los ciudadanos descontentos se manifiesten aunque no infrinjan el confinamiento (lo ha declarado el representante de un sindicato de policías), llegando incluso a detener en la vía pública a personas por portar la bandera de todos los españoles (aunque ahora argumentan que era porque creían que iban en grupo).

Por cierto, ser de izquierda no siempre es ser “progre” y aprovecho para no repetir el calificativo que le aplico a los que me critican por decir verdades. Quienes apoyan medidas como las anteriores, diciendo defender soluciones a la crisis sanitaria, no deberían llamarse progresistas. En una sociedad democrática los políticos que la representan no pueden perjudicarla y coartar su libertad favoreciendo que sus ideas sectarias se introduzcan hasta en los más pequeños y absurdos detalles, como por ejemplo que a quien esté supuestamente oprimido deba aceptársele un pájaro crudo como un plato elaborado por un chef.

La ciudadanía va dándose cuenta de la escasa capacidad y de las auténticas intenciones de quienes se autonombraron responsables máximos de gestionar la pandemia, estando cada vez más claros los intereses que mueven a los sectores políticos y sociales que les apoyan. En cuanto a los ciudadanos que ya son presa del sectarismo ojalá terminen dándose cuenta de la trampa antes de que sea demasiado tarde. Recuerden: no podemos olvidar. Fuerza y salud.

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