Por primera vez, el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, es decir, el primer centro de poder de nuestra Comunidad Autónoma, cuenta con decoración navideña por primera vez en la historia. Así, se ha procedido a la iluminación en la fachada principal, un belén artístico en la antigua capilla y árboles decorados.
Es curioso que en una tierra tradicionalmente alineada con la celebración de la Navidad no haya contado con ninguna decoración alusiva a las fiestas que vamos a celebrar. Era evidente el laicismo desconocedor de lo que suponen estas fiestas en la tradición de Andalucía.
Cualquier pueblo de nuestra tierra cuenta con una vinculación en torno al belén o las luces navideñas. Repito, cualquier pueblo, incluidos los gobernados por partidos inclinados en la posición contraria al sentir mayoritario de la población.
Esa es la clave. Se evita cualquier apuesta por evitar lo que resulte de connotación religiosa por no ofender a quien no es afín al catolicismo pero, ¿no se tiene en cuenta a quien en mayoría sí se siente católico? Es la dictadura de las minorías frente a lo que ha resultado tradición en nuestra tierra.
Sucede lo mismo que con la Semana Santa. Se monta un belén porque es tradición desde hace años, no por una defensa a ultranza de la religión católica. Eso es lo que no entienden quienes les produce alergia todo lo relacionado con nuestras tradiciones.
Además, habiendo nacido en la provincia de Cádiz me congratula que haya sido montado dicho belén por la asociación dedicada a esta actividad en Jerez de la Frontera. Una vez más, la provincia de Cádiz está presente en la historia de Andalucía.
Me pueden tildar de lo que quieran tras leer este artículo pero, ¿por qué no se puede decorar de esa forma con algo tan nuestro como lo es un belén en Navidad?.
Lo dicho, es desconocer lo que supone la tradición en nuestra tierra.
¿Se imaginan que no se pueda poner flamenco en la televisión pública andaluza porque haya gente que le guste el reggaetón?, ¿o lo mismo pero al revés? Claro que no. Es tradición, es parte de nuestro ser como sociedad.
A ver si aprendemos de otras sociedades donde sin complejos son defensores de sus costumbres. Es normal que se celebren determinadas festividades según la historia cultural de cada pueblo y eso, en España, siempre está en entredicho últimamente.
Siempre se lo digo: así nos va.
