El 28 de febrero es, quizás, el día más señalado para el calendario de los andaluces al igual que el 4 de diciembre. Es el 28 de febrero cuando el orgullo blanquiverde brota por cada rincón andaluz, y extranjero, reivindicando el papel de Andalucía en la historia. Pero
dentro de esta historia existen muchas microhistorias que han conformado la de Blas Infante y, por tanto, de Andalucía.
El ‘padre’ de Andalucía, originario de Casares (Málaga), trabajaba en Coria del Río cuando descubrió la localidad de Isla Cristina tras impartir una conferencia titulada ‘El verdadero concepto de la paternidad’. Conferencia a la que acudirían ilustres intelectuales como Ortega y Gasset, Manuel Siurot o Alejandro Guichot. Fue aquí cuando la historia de amor de Infante con el municipio costero inició sus primeros pasos.
Infante se enamoró de la actividad industrial y pesquera del municipio, muy alejado de la Andalucía agraria que conocía hasta ese momento. Y pidió la conmuta de su notaría en Coria del Río a la localidad costera para vivir más de cerca esa vida que lo había cautivado.
Ya en Isla Cristina colabora con el Casino de la Unión, o ‘de los pobres’ como se le conocía, además de ser uno de los promotores y fundadores del Ateneo local en el año 1926. También colaboró y escribió con algunas publicaciones locales como la decana de la prensa onubense, ‘La Higuerita’ (que continúa en activo).
Pero Infante tuvo una época muy prolífica en Isla Cristina y fue allí donde redacta gran parte de su obra publicada. Entre las obras publicadas se encuentran: ‘Fundamentos de Andalucía’ (1929); ‘Orígenes de lo flamenco y el secreto del cante jondo’ (1923-1933); ’Renovación del sentido de la cultura’ (1923), ‘El libro nuevo’ (1924; ‘Cartas a Erina’ (1925); ‘Almanzor’ (1929) y ‘La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía’ (1931).
Blas Infante ejerció entre 1922 y 1931 como notario en la localidad onubense, donde llegó tan solo tres años después de casarse con Angustias García Parias y tuvo sus primera hijas, procedentes de Cantillana. En Isla alquiló una vivienda en pleno centro, junto al Paseo de las Flores, en la que viviría hasta que en 1931 se volvía a Coria.
Uno de los
momentos singulares que el padre de Andalucía viviría en Isla Cristina sería el que vivió con Dimas. Un cachorro de zorro huérfano que fue a punto de ser presa de los cazadores de la zona y él mismo recogió para salvarle la vida. Un gesto que recuerda sus campañas de concienciación a favor de los animales además de su ecologismo. Esta atípica relación dio como frutos un par de cuadernos manuscritos titulados ‘Dimas 1º Historia de zorros y hombres’ y ‘Dimas 2º. Historia de zorros y hombres’, publicados en 1927.
Sin duda,
la vida de Blas Infante en Andalucía,
y en concreto en Isla Cristina, dio para reivindicar esa unión y fuerza de los andaluces, pero también para mucho más como es el sentimiento único de haber nacido en una tierra única y especial como es Andalucía.