Ron Pearlman, que visitó este domingo el Festival de Málaga para presentar la cinta en la Sección Oficial, asegura que es "memorable"
Ron Pearlman, que hoy visita el Festival de Málaga para presentar la película cubana "Sergio & Seguei", a competición en la Sección Oficial, asegura en una entrevista con Efe que es una cinta "memorable" porque "habla de la decencia humana en contra de las ideologías y los intereses nacionales".
"Quién ha dicho que tres países de cultura e ideologías diferentes no se pueden llevar bien", se pregunta el veterano actor neoyorquino, que atesora un currículo con más de 280 títulos cinematográficos y trabajos televisivos.
Y lo dice porque "Sergio & Serguei" dirigida por el cubano Ernesto Daranas, narra el encuentro, a través de sus estaciones de radioaficionado, de tres hombres de distintas culturas e intereses en que se unen para salvar a uno de ellos en un momento crucial de la historia: la desintegración de la URSS y el comienzo del Periodo Especial en Cuba.
"Estos gestos sencillos de contar ocurren muchas veces, pero la gente no los mira; creo que la gente anhela ser querida, amar y ser amado, como cantaban los Beatles", sonríe "Hellboy".
La historia salió de una anécdota famosa en la isla, según la cual, un radioaficionado cubano logró contactar con la MIR, la estación espacial soviética de investigación.
Ese fue el detonante para la imaginación de Ernesto Daranas, que unió a aquello la noticia de que el último astronauta que se quedó en la MIR no regresaría nunca a la URSS ya que la desintegración del país le pilló en el espacio. Había acabado la Guerra Fría.
"La Guerra Fría fue la escenificación de dos ideologías obsesionadas por liderar el mundo. Hoy existen otras 'guerras frías' solo que no se llaman así; Rusia sigue siendo un país interesado en acabar con cualquier cultura que abogue por la libertad de pensamiento y EEUU quiere ser la potencia económica", resume el actor.
Pearlman es Peter, el radioaficionado americano de orígenes rusos y polacos "de los que fueron masacrados por Stalin" que no entiende cómo su amigo Sergio estudia marxismo por gusto.
Corre el año 1991. Sergio, radioaficionado y profesor de marxismo, ve con lástima cómo su sobrino sobrevive fabricando balsas para personas que quieren salir del país; por casualidad contacta con Serguei, el último cosmonauta soviético, que está solo en la averiada estación orbital, y se lo cuenta a Peter.
"En realidad -dice a Efe Héctor Noas, Serguei en la cinta- esta es una película sobre la amistad y sobre la importancia de que estos hombres se unieran para salvar la vida de alguien que está al límite".
Gracias a una postproducción brillante, realizada en los estudios de Mediapro en La Habana y Barcelona, donde recrearon al completo la MIR, el espectador viaja de la estación espacial a la bicicleta con la que se desplaza Sergio, el profesor de Filosofía, en una secuencia que sigue a un repaso con auténtica imágenes de archivo.
Noas pensaba que Daranas le ofrecería el papel de Sergio, pero le dio cinco meses para aprender ruso y prepararse para actuar colgado de un equipo que simulaba la falta de gravedad.
"Fue divertido para todo el mundo menos para mí", se ríe el actor, quien reconoce que lo más difícil fue mostrar "la soledad tremenda" de este hombre.
Considera que, a pesar de que el Periodo Especial fue el momento más difícil y doloroso de Cuba, "ese dolor no está en la película; el director tuvo la inteligencia y la nobleza de dejar en la película solo la ayuda, la solidaridad humana y el recuerdo de una niña del amor a su padre".