La OMIC de La Línea, dependiente de la Concejalía de Consumo que ostenta la concejal Carmen Ramírez, quiere informar detalladamente sobre la reunificación de préstamos, teniendo en cuenta la crisis actual, así como el consiguiente aumento del coste de la vida y a su vez el aumento de la inflación están poniendo en una situación delicada a muchos consumidores que ven como sus facturas han crecido desmesuradamente. Por si fuera poco hay que añadir el endurecimiento de las condiciones crediticias por parte de la gran mayoría de bancos. Ante este panorama muchos de los pequeños ahorradores ven en los créditos rápidos y tarjetas de crédito una solución a sus problemas (que solo parchean y muchas veces empeoran la situación), otros se derivan a una ampliación del plazo de la hipoteca. Sin embargo de las salidas conocidas para evitar el impago o salir de las listas de morosos la más exitosa es la reunificación de préstamos, a continuación pasamos a conocerla con detalle.
La reunificación de préstamos, créditos y tarjetas de crédito en un nuevo préstamo hipotecario consigue reducir la cuota mensual dedicada a los gastos financieros de las familias y les permite tener más dinero disponible cada mes. Es la llamada reunificación de deudas permite agrupar todas las deudas de una persona o familia en un único préstamos con una única cuota. La reunificación de deudas debe hacerse sobre un nuevo préstamo con mejores condiciones, consiguiendo así mejorar la situación financiera tras la reunificación. Con la reunificación de deudas se pretende conseguir que, a través de la unión de los distintos préstamos, se rebaje la cuota a pagar a final de mes. Es decir, el usuario pasará a pagar una sola cuota por una cantidad más baja que si se suman las cuotas independientes de cada préstamo. En principio, reunificar la deuda y pagar menos en una sola cuota mensual puede resultar atractivo pero al sumar las cantidades que se van a pagar durante todos los años, se observa que el consumidor tendrá que abonar más dinero en intereses, costes del contrato y, por supuesto, el beneficio de la empresa o empresas que hayan participado en la reunificación, de lo que hubiera llegado a pagar en la situación anterior. Por ello es preciso valorar bien esta opción.
Cuando el consumidor comienza a estudiar la posibilidad de realizar un contrato de reunificación de deudas, debe informarse antes que nada del tipo de empresas que se dedican a esta actividad.
Existen multitud de empresas que están especializadas en gestionar a sus clientes la búsqueda de un producto para la reunificación de deudas. Hay que tener claro que esta empresa no reunifica las deudas, es una intermediaria que lo que hace es buscar a otra empresa, banco o entidad financiera, que realice esa operación. Es conveniente saber que si se utiliza como intermediaria una de estas empresas, el precio de la operación va a elevarse, ya que el consumidor tendrá que asumir tanto las comisiones y ganancias de esta entidad como de la que realice la operación de forma efectiva. Este tipo de empresa suele cobrar una cantidad inicial para realizar la gestión, el estudio y la presentación a las entidades financieras y un porcentaje del pago de la cuota de la refinanciación. El consumidor debe ser precavido e informarse de los costes de la operación. Cabe la posibilidad de que se abone una cantidad inicial para los trámites y la empresa no consiga que ninguna financiera acepte las condiciones de pago. En este caso, es posible que no se puedan recuperar las cantidades sufragadas por el usuario en concepto de estudio y tramitación. Ante cualquier duda es conveniente dirigirse al Banco de España para saber si quien está realizando una oferta de reunificación de deudas es una entidad bancaria inscrita en los Registros Oficiales del Banco de España o es una intermediaria.
Las entidades financieras son las entidades que van a realizar de forma efectiva la reunificación del préstamo, a las que finalmente el consumidor tendrá que pagar la cuota del préstamo resultante (salvo el porcentaje que tenga la intermediaria) y de la que se convertirá en deudor. Es la que ofertará las condiciones del nuevo préstamo y a la que habrá que pagar las comisiones propias de la realización de la operación. Trabajar directamente con este tipo de entidades va a abaratar el coste de la operación, aunque hay que ser conscientes de la complejidad de este tipo de contratos, así como de la necesidad de buscar y comparar la mejor oferta entre las distintas entidades. Si el usuario no se ve capacitado para realizar este tipo de gestiones, sería conveniente que buscase asesoramiento respecto a la operación a realizar.
Esta operación de reunificación de deudas, como ya se indicaba anteriormente, no es gratuita para el consumidor ya que genera una serie de gastos: En la operación de reunificación de deudas hay que tener en cuenta que los créditos existentes antes de la operación deberán ser cancelados.
La cancelación de los mismos suele venir asociada a una comisión que se deberá pagar a la entidad con la cual se tenía el préstamo inicialmente. La operación de reunificación de deudas, al estar relacionada directamente con un préstamo hipotecario, deberá pasar por el Registro de la Propiedad; evidentemente este trámite va a generar unos gastos de gestión, así como los honorarios propios de la notaría o tasas registrales.
Tal y como se indicaba anteriormente, si para la consecución de la operación se ha contratado con una entidad intermediaria, se le deberá pagar a ésta los gastos de gestión previa a la realización de la operación, así como un porcentaje de la cuota. Evidentemente, la entidad que realice la operación lo hará en base a un beneficio económico. Éste se concretará en una aplicación de intereses que suelen ser más altos de lo que se tenía contratado con anterioridad, por lo que es recomendable tomar nota del TAE de esta operación.