La Dirección General de la Guardia Civil ha revocado el expediente que fue impuesto al secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alberto Moya, por hacer unas declaraciones en 2010 en las que criticó que el Ministerio del Interior intentara impedir que se manifestasen.
Según ha informado hoy la AUGC en un comunicado, el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha revocado el expediente disciplinario por falta muy grave impuesto a Moya en 2010, que conllevó unos meses después, en 2011, la pérdida de su destino en Algeciras y su traslado a Málaga.
Alberto Moya fue sancionado, junto a otros dirigentes de la AUGC y de la Unión de Oficiales (UO), por unas declaraciones efectuadas los días previos a la manifestación del 18 de septiembre de 2010 que en la que miles de guardias civiles reclamaron en Madrid mejoras laborales.
Moya acusó al Ministerio del Interior de tratarles "como a los terroristas de ETA" por prohibir la marcha, que finalmente fue autorizada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
La AUGC ha recordado, en un comunicado, que la sanción fue impuesta por el anterior director general de la Guardia Civil, Francisco Velázquez, y conllevó la pérdida de destino para Moya, quien tuvo que abandonar su puesto en el servicio marítimo de Algeciras (Cádiz) después de más de 20 años.
En su opinión, la sanción se enmarcó "dentro de una cadena de expedientes contra los dirigentes de AUGC", ya que se trató del cuarto expediente abierto a Moya, "con un claro objetivo de quitarlo del medio".
"Todos y cada uno de dichos expedientes abiertos lo han sido por hacer uso de la libertad de expresión. Expedientes que posteriormente los órganos judiciales siempre han sabido enmendar, dándonos machaconamente la razón una y otra vez", añade la AUGC, que incide en que "ese fue el perfil" de Velázquez, que "quiso ser tan de izquierda que llegó a la derecha".
Para la asociación, la sanción que ahora se ha revocado fue "claramente política, motivada por la impotencia que les generaba la manifestación convocada frente a la Dirección General por AUGC y UO al entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y a su 'adlátere' Velázquez".
En su opinión se trata de una "pataleta de un político mal criado" que "no midió las consecuencias personales que su decisión política tendría, no sólo en un trabajador, sino en la familia de éste a la que obligó a abandonar su lugar habitual de residencia".
Ha recordado que la manifestación que se celebró en Madrid el 18 de septiembre de 2010 fue la mayor movilización de guardias civiles llevada a cabo hasta ese momento.