Las obras se iniciarán con casi dos años de retraso sobre la fecha inicial prevista. Y es que, cabe recordar que la glorieta fue licitada en septiembre de 2006 por el equipo de Gobierno que entonces también presidía el socialista José María Román, y su finalización llegó a fecharse para el primer trimestre de 2007. Sin embargo, diversos contratiempos en el proceso de expropiación retrasaron una actuación considerada primordial, habida cuenta de que no sólo servirá para distribuir de forma ordenada el tráfico de este cruce, sino que también elevará los niveles de seguridad en un punto extremadamente conflictivo, en el que ya se han registrado numerosos accidentes durante los últimos años.
La actuación fue finalmente adjudicada el pasado mes de diciembre a la empresa Suralmaq SL, y en el plazo de 48 horas podrán verse ya las máquinas operando sobre el terreno. El plazo de ejecución de estos trabajos es de cuatro meses, por lo que se prevé que estén terminados a más tardar en el mes de mayo. El presupuesto para su construcción ronda los 270.000 euros.
La creación de esta rotonda es fundamental, teniendo en cuenta la gran cantidad de vehículos que transitan, además de por la carretera de Medina, por el vado del río Iro y la zona del velódromo. Hay que tener en cuenta que muy cerca de este punto se encuentra el polígono industrial de Pelagatos, que registra, sobre todo a la hora de entrada y salida de los trabajos, un muy elevado paso de vehículos.
La glorieta aportará la fluidez que ahora falta en la zona, además de potenciar la seguridad de un cruce que, a pesar de tener una amplia señalización, tanto horizontal como vertical, no ha quedado ajeno a accidentes. Pese a que ninguno de ellos ha tenido consecuencias mortales, sí ha habido heridos de gravedad. La demanda por parte de vecinos y de conductores de que se regulase este punto con una glorieta ha sido muy importante desde hace años.
Curiosamente, ayer mismo, el principal partido de la oposición, el Partido Popular, criticaba la demora en la puesta en marcha de una obra que el cuatripartito de Marín no consiguió desbloquear durante los 18 meses que permaneció en el Gobierno chiclanero. La causa fue las dificultades para notificar el inicio del proceso de expropiación de los terrenos necesarios para la construcción de dicha rotonda.