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... Si todo fuera una cuestión de nombre

Reclaman que se cumpla la Ley de Muerte Digna y enfermos terminales tengan su habitación individual, cuando el Puerta del Mar mantiene cerradas dos plantas

Puerta del Mar.

Plantas del hospital cerradas.

Plantas del hospital cerradas.

No es plato de buen gusto hacer de mensajero de historias que no acaban bien. Y este es el caso de una mujer que aún portando el mismo nombre que la presidenta de la Junta de Andalucía: Susana Díaz, no tuvo la suerte de disfrutar de las “bondades del sistema sanitario” del que habla la titular del Ejecutivo andaluz.

Familiares de esta Susana Díaz gaditana sufrieron su pérdida en el hospital Puerta del Mar el pasado día 22 de septiembre. “Rodeada de los suyos a los que tanto amor nos dio toda su vida. Ver cómo agoniza un ser querido es uno de los peores momentos de la vida”, explican a este medio. Durante cuatro días y cuatro noches han esperado “lo inevitable, pendientes de cada gesto y cada respiración”. En un proceso “muy duro que se vio agravado por la circunstancia de tener que compartir habitación con otra paciente en la misma situación terminal”, separadas sus camas solo por una “cortina blanca”.

Estos familiares tenían que comunicarse entre susurros con “la abuela Susana” porque la paciente que estaba en la otra cama estaba consciente y “se alteraba muchísimo”. Además de ser unos momentos muy dolorosos para la familia, “tienes que pasar largas noches entre los lamentos del otro lado de la cortina, teniendo que soltar la mano de tu madre para consolar a la otra enferma que no tenía acompañante”.

Esta familia lo que pide es que se cumpla con los derechos y garantías de la Dignidad de la persona en el Proceso de la Muerte, que se recoge en la ley 2/2010 de 8 de abril, publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. El artículo 26 de esa ley dice textualmente que hay “estancia en habitación individual para personas en situación terminal. 1. Los centros e instituciones sanitarias garantizarán a los pacientes en situación terminal, que deban ser atendidos en régimen de hospitalización, una habitación individual durante su estancia, con el nivel de confort e intimidad que requiere su estado de salud”.

Sin embargo, estos familiares no pudieron hacer uso de su derecho, porque “en todo momento se nos dice que 'debido a la fecha no hay camas disponibles’, mientras comprobamos cómo en la octava y novena planta hay dos salas cerradas”.

Esta abuela gaditana “se marchó en paz, cuidada y atendida”, por lo que los familiares agradecen “la labor del personal sanitario, de su profesionalidad y humanidad, así como el trato recibido en la familia”. No obstante, en esas noches estos familiares no podían dejar de pensar que si “nuestra Susana Díaz fuera esa otra que ostenta un cargo público, ¿pasaría por esta misma situación? ¿La Susana Díaz que se enorgullece proclamando las bondades de nuestro sistema sanitario compartiría su último aliento con otra enferma terminal?”.

Con esta petición porque se cumpla la Ley de Muerte Digna, aprobada por el Gobierno andaluz, estos familiares que no pueden comprender la situación, continúan a la espera de que desde la Administración andaluza se le dé respuesta a la hoja de reclamaciones que presentaron en el hospital aún estando viva la abuela Susana.

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