El tiempo en: El Puerto

El Puerto

El comedor social ‘Sol y Vida’, un año sin cobrar subvención

La supervivencia de sus usuarios acompaña a los incumplimientos de una administración que exige su legalidad, pero que no responde con ayudas necesarias

Publicidad Ai Publicidad Ai
Andaluc�a Informaci�nPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Cargando el reproductor....
  • Unos 60 usuarios acuden diariamente como último recurso
  • La supervivencia de sus usuarios acompaña a los incumplimientos de una administración que exige su legalidad, pero que no responde con ayudas cruciale

La rutina se repite de forma cíclica todos los días, pocas caras nuevas y demasiadas historias las que atormentan a los usuarios que acuden al comedor social ‘Sol y Vida’. Un hábito que arremolina a decenas de personas a sus puertas a la hora del desayuno y a la hora del almuerzo. Los silencios se entremezclan con el ruido y las muchas vivencias que cada uno lleva a cuestas. El lugar, el único para algunos, al que se le dignifica su vida en forma de plato de comida.

La última escala social, el último eslabón de la sociedad que diariamente tiene a éste como lugar de reunión y como sitio para poder comer de manera decente y de forma puntual en el Barrio Alto. ‘Sol y Vida’, más que un comedor, se ha convertido en sus once años de existencia en un punto de encuentro para los más desfavorecidos, los que dejaron atrás una vida cómoda y normal para adentrarse en la marginalidad más absoluta y, que por culpa de excesos, hallan ahora el momento caritativo de un comedor que debe hacer malabares para salir adelante.

Sobrevivir para salir a flote en una ayuda que recíprocamente aporta al más necesitado. Un línea compleja que haya más complejidad ante los retrasos que acumula por parte del Ayuntamiento en forma de subvención.


Los 15.000 euros anuales son claves para subsistir y para cubrir lo que el Consistorio no hace, dado que sin ser un comedor municipal, cumple con creces su cometido. El Banco de Alimentos y otras entidades colaboradoras ponen su granito de arena para que los 50 colaboradores, los tres empleados y su al máter, María del Carmen Lara, puedan seguir ofreciendo cada día un plato de comida para los repudiados.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN