"Es un acto con alto voltaje simbólico, representativo y solidario". Con estas palabras describía Rafael Lara, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos, el acto en torno a la patera que aparecía el pasado 4 de noviembre en la playa de la Victoria y que, a partir de ahora, estará de forma permanente en las inmediaciones del Castillo de Santa Catalina. Esta patera pretende convertirse, según el alcalde de Cádiz, José María González, en "un símbolo el drama que sufren muchas personas diariamente para cruzar los escasos 14 kilómetros que separan España de África en busca de una vida mejor y no lo consiguen".
Y es que el pasado domingo, y como cada 10 de diciembre, se conmemoraba el día de los Derechos Humanos. La APDH en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz ha querido visibilizar este día de una forma muy llamativa para recordar todos los derechos humanos vulnerados, no solo los de los inmigrantes, sino la situación que se vive con las viviendas, el paro, la pobreza, la falta de libertad y los recortes. Además de convertirse en "un revulsivo para las mentes de las personas que nos visitan y de Cádiz para que recuerden la importancia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que ahora mismo se están quebrantando", el alcalde propone como medidas de lucha contra este drama "posicionarnos frente a estas vulneraciones de derechos y actuar desde las administraciones con medidas concretas dotadas con presupuesto" ya que "no es admisible que en países como el nuestro existan concertinas que transformen en cárceles y fronteras insalvables a países hermanos".