El Ayuntamiento de Cádiz, a través de su concejala de Deportes, María Romay, muestra su más absoluto rechazo al control previo de las pancartas que los aficionados del Cádiz quieran lucir el sábado en el partido de la fase de ascenso a Segunda A entre el equipo amarillo y el Racing de Ferrol. La edil califica de “censura” esta decisión de los responsables policiales, algo que considera “inadmisible en pleno siglo XXI”.
Romay afirma que “este tipo de controles policiales, de censura, muy en la línea de la Ley Mordaza que tanto le gusta al Partido Popular y a sus responsables en la provincia, no es la fórmula para luchar contra la violencia, el racismo o la homofobia en los campos de fútbol”.
“Toda actuación que suponga enterrar la libertad de expresión de la ciudadanía no es el camino”, añade la concejala. En esta línea, Romay insiste en que la fórmula para acabar con este tipo de incidentes en los campos de fútbol pasa por “la educación, la tolerancia y el respeto, elementos de los que el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, debería tener más”.
La edil dice no entender tanto esta postura de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz como la decisión de prohibir el mosaico para animar al equipo cadista que pretendía realizar al inicio del choque cuando en otros campos del territorio estatal “se permiten este tipo de tifos y existe menor control de las pancartas pese a que aparecen algunas con mensajes racistas o violentos y se lucen banderas anticonstitucionales”.
Por último, María Romay confía en que finalmente prevalezca la normalidad y el sentido común los aficionados del Cádiz puedan lucir las pancartas de ánimo que pretendían llevar el sábado al estadio gaditano y los Brigadas Amarillas realizar la actuación que tenían prevista y que “tanto colorido y ambiente dan a nuestras gradas”.