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Cádiz

“He tenido tres ofrecimientos para seguir, pero no necesito la política para vivir”

Domingo Villero, que fue candidato de Ciudadanos y concejal no adscrito desde finales de 2019, deja la política: “Ha sido bonito pero he tenido mucho desgaste”

  • Domingo Villero, frente al Ayuntamiento de Cádiz. -

Domingo Villero ha decidido “cerrar una etapa tan controvertida como apasionante” en política municipal. El que fuera cabeza de lista de Ciudadanos en las elecciones de 2019 y concejal no adscrito solo unos meses después de la cita con las urnas, ha ha hecho valer su acta con criterio propio. Hombre de convicciones, el también decano del Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Cádiz alude sin ocultar su decepción al sectarismo que rige la actividad de los partidos y del equipo de Gobierno.  Ha dicho no a tres ofrecimientos de cara al 28M porque solo se ve como alcalde, pero renueva su compromiso de continuar luchando desde otras trincheras por su ciudad.

¿Por qué pone fin a su etapa política?

–Llegué a la política porque me buscaron con insistencia, pintándome un proyecto ilusionante y diferente. Tardé en aceptar. No necesito la política para vivir, es más, renuncié a la comodidad de los medios de un grupo político, a un sueldo de portavoz que lo rescató quien lo necesitaba, y a plegarme a quienes ni aparecieron en una campaña donde ya me debí marchar al no encontrar apoyo y cariño. He hecho una contribución generosa. Me voy con la tranquilidad de haber trabajado muchísimo y con lealtad extrema a Cádiz. Termina una etapa bonita pero con mucho desgaste personal digna de David contra Goliath.

¿Ha tenido ofrecimientos para seguir?

–Tres. Pero no me veo nuevamente de concejal de oposición. Ya lo hacen bastante bien los partidos tradicionales, fiscalizando y controlando. Distinto hubiese sido visualizarme de alcalde. Soy mejor construyendo, resolviendo y gestionando.

¿Se arrepiente de haber entrado en política?

–En absoluto, me gusta pecar por acción y no por omisión. Soy curioso, comprometido y currante hasta la saciedad. Mi pecado en la política actual es ser honesto y fiel a mis principios y a los de quienes me votaron. Mi paso por la política ha sido bastante duro, solitario en muchas ocasiones y diferentes en su concepto, pero sigo pensando que toda solución a los problemas de una sociedad pasa por la política, que por desgracia no vive sus mejores momentos.

No me veo nuevamente de concejal de la oposición, soy mejor construyendo, resolviendo, gestionando; distinto hubiese sido visualizarme como alcalde”

¿Habria sido diferente con otro partido?

–Todo es un compromiso a dos partes. Cuando una cambia las premisas sobre las que te convencieron para participar, lo mejor es salir. Pero una vez que estás públicamente expuesto, hay que continuar por coherencia y responsabilidad hasta el final y aplicar sentido común a cosas que pueden cambiar la vida de las personas. No me dejo llevar por corrientes ni siglas, sino por convencimiento de la mejoría de una sociedad. Se entra en política por bienestar común.

¿Qué es lo positivo de su paso por el Pleno?

–Me quedo con haber conocido a muchas personas y asociaciones que merecen muchísimo la pena y por las que hay que luchar muy duro, visibilizándolas y apoyándolas. Me quedo con haber logrado desatascar algunos proyectos que se paraban por el mero hecho de que fuesen propuestos por el signo opuesto y en los que mi voto era diferencial para que se aprobasen o decayesen. Y he tratado de administrarlo con prudencia, objetividad y sin sectarismo alguno. Me quedo con haber logrado quitar a los partidos dos meses de asignaciones presupuestarias, 90.000 euros, para donarlos al Banco de Alimentos, y con la sensación personal impagable de quien actúa por convencimiento propio. Me quedo con haber costado cero euros cuando el resto de grupos políticos han costado cuatro millones en una legislatura y haber trabajado, como mínimo, a su nivel. Y con haber intervenido en todos los puntos de todos los plenos. He aprendido muchísimo.

¿Y qué es lo más negativo?

–Comprobar de primera mano que quienes nos representan difícilmente negocian entre sí por que la ciudad mejore, deciden el futuro desde fuera de ella.

¿Qué balance hace del Gobierno municipal?

–El Gobierno tiene buenas intenciones pero malísimo acierto en llevar a cabo sus políticas. Es más de palabra y de puesta en escena que de resultados. No sabe administrar un presupuesto, principalmente porque no cree en él, ni aunque lo haya tenido que hacer. La ciudad ha retrocedido y los temas de primera necesidad no los ha gestionado: transporte urbano, mantenimiento del patrimonio, jardines, Eléctrica de Cádiz... Solo ha tenido cabeza para los temas que le gustan y encima con un sectarismo como no se había visto igual en otros gobiernos municipales. Ni siquiera ha sido capaz de contentar a su público votante, a los que prometió viviendas sociales y una sociedad más abierta. Ha sido una política de gestos, y no de hechos. El próximo Gobierno municipal se va a encontrar todo el trabajo de ocho años por hacer.

¿Y qué me dice de la oposición?

–La oposición de los partidos tradicionales no facilita en nada el bien común, solo barren para casa por una supuesta ganancia de intención de votos. Diría que se está en campaña electoral permanentemente.

¿Es posible intervenir en política fuera de los partidos?

–Lo llevo haciendo cuatro años, aunque el sistema te quiere fuera. Eres incómodo por tu independencia y tu criterio. El tiempo me ha dado la razón una y otra vez.

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