“La acogida ha sido estupenda. Algunos de los alumnos me han dicho que debería durar más y no tres días. Están interactuando y preguntan mucho, y eso es muy bueno”. Lucas Cervera Currado, director general de recursos científicos de la UCA y comisario de la Feria Científica del Mar, no perdía ayer detalle de la reacción de los escolares a su paso por la carpa instalada en el muelle del Puerto de Cádiz en la primera jornada de este evento, que se celebra hasta mañana.
Durante estos tres días se llevarán a cabo una treintena de talleres divulgativos relacionados con el sector marino-marítimo -diez por jornada que además van cambiando cada día- de la mano de más de medio centenar de investigadores. Se trata de una actividad complementaria y el aperitivo perfecto a InnovAzul, que arranca hoy, y está organizado por la Universidad de Cádiz, a través de su Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i) integrada en el Vicerrectorado de Política Científica y Tecnológica, en colaboración con el Campus de Excelencia Internacional del Mar (CEI·MAR).
El objetivo principal es acercar la investigación relacionada con el entorno marino-marítimo que se lleva a cabo en los laboratorios a la ciudadanía a través de iniciativas dinámicas y amenas dirigidas a estudiantes de ESO y de 5º y 6º de Primaria. De hecho, se espera que por la carpa pasen más de 400 alumnos de centros de la provincia, que aprenderán a distinguir la calidad del agua; qué se esconde bajo el mar; diversos aspectos de la biología marina; si existen o no los monstruos marinos; así como aspectos de la arqueología subacuática, además de asistir a unas charlas divulgativas impartidas por profesorado y catedráticos de la UCA.
Amenazas y soluciones
Para ello contarán con un recorrido expositivo dinámico que recrea cuatro zonas: la del litoral, con la playa de La Caleta, la luminosa, el mar profundo, con la presencia de un submarino y un buzo, y la zona de amenazas y soluciones, donde termina el itinerario, y donde se hace un guiño a las islas de microplásticos generadas en los océanos. En la pared, una palabra muy significativa elaborada con el mismo material: SOS.
Ayer un sand box (caja de arena) que representaba las modificaciones del litoral con efectos de iluminación era una de las paradas donde más se demoraban, al igual que las salinas y sus utensilios para manipularlas. A pocos metros, otro grupo atendía atento a una charla sobre unas investigaciones de los pingüinos en la Antártida y la influencia del cambio climático. Se trata, en definitiva, de mostrar el trabajo de investigación de la UCA y “dar un mensaje de concienciación medioambiental a las jóvenes generaciones, que son las que tienen que continuar con toda la labor”. Los talleres se renuevan hoy con otras diez propuestas distintas.
