Los Santos Inocentes, en medio de la pandemia. Una viejita, Araceli, 96 años, del centro de mayores ‘Los Olmos’ de Guadalajara, que recibía en las últimas horas la primera vacuna contra la Covid-19 en España. En la provincia de Jaén, la ansiada vacunación empieza en la residencia mixta de Linares. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, congratulándose, auguraba el pronto fin de la pesadilla, pese a que Madrid confirmaba 4 casos de la cepa británica del coronavirus. No hay alegría plena, ni día sin muertes, ni tajo parejo. Siempre podría ser mejor. O peor. Antes de la primera vacuna, el espíritu navideño de la compostura, la autocensura y el semiconfinamiento embargaba el ánimo de esa inmensa mayoría de gente de buena voluntad por la que, hoy, todavía, creemos en la viabilidad del proyecto colectivo de convivencia que pusieron en marcha nuestros padres y abuelos hace ya la friolera de 42 inviernos. Tiritonas tantas veces de desesperanza ante quienes anteponían la división a la síntesis, la remembranza del rencor a la fe en la primavera. “Mirar juntos hacia el futuro”, como subrayó, en Nochebuena, el Jefe del Estado, el mejor epígono de Perogrullo, a partir de “principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas”, resaltando lo que cualquiera de nosotros aventura sobre lo que está por venir: “No será difícil que el año 2021 mejore a este 2020”. ¿Cómo no identificarse con sabiduría popular tan simplista y bienintencionada que dimana de la necesidad discursiva del orador de empatizar con todo lo empatizable, eludiendo cualquier referencia crítica a lo censurable, especialmente si le toca de cerca? La Navidad, en el fondo, con pandemia o sin ella, en Zarzuela o en la casa de la abuela, consiste en eso, en el arte de hacerse el inocente y pasar de puntillas por los cadáveres familiares.
Que ningún político de las últimas décadas en el Ayuntamiento de Jaén se rasgue ahora las vestiduras acusando al de enfrente, ni defienda su inocencia apelando a su supina ignorancia, si le mientan las sogas de FCC, de Castillo, del Real Jaén, del PGOU, del tranvía, de Onda Jaén, de las Escuelas Infantiles, del cloro de las fuentes o del faraónico/fantasmagórico parque acuático, para justificar la irreparable insostenibilidad de las arcas municipales, una herencia de más de 500 millones de euros de deuda, que sólo cabe atribuir a la insensatez y la incompetencia de la retahíla de gobiernos locales de los que formaron parte, empeñados en ‘sostenella y no enmendalla’ hasta el punto de recurrir reiteradamente a moratorias y dispensas de la Hacienda estatal para ahondar en el error de un desequilibrio estructural producto del nepotismo y de la endogamia. ¿Presuntos malversadores? Bah, qué va, inocentes, inocentes. Es lo beatífico de la Navidad, que todo el mundo es bueno, salvo que se demuestre lo contrario. Presunción de inocencia.
Los del PP de Jaén se montaron el 22 de diciembre un ‘Aguinaldo Solidario 3.0’ y casi todos tocaron algo: JDR, la guitarra; Palacios y Contreras, las palmas, con participación estelar de Teo García y Loles López, para que luego digan que lo suyo es efímero y no tiene conexiones con las alturas. Faltó el mesías, Bravo, Juanele, aún enfrascado en los últimos flecos de las enmiendas a las cuentas andaluzas 2021. En el PSOE provinciano, entretanto, el protocolo anti-Covid dilata el proceso para la elección de la nueva dirección local de Linares. En Coria del Río sucede lo mismo, “hasta que la flexibilización de las restricciones decretadas contra la pandemia permitan la normalización de la vida de la agrupación con plenas garantías”. En esa directriz de la federal se ampara uno de los fontaneros más activos de la provincial, José Latorre, presidente de la gestora linarense, para posponer lo inevitable. Pero, de ‘Hurtado 6’ a San Francisco Palace, del partido a Diputación, no hay mayor tole-tole que la concreción de una alternativa al susanismo. Los críticos a la ex presidenta de la Junta, dando forma al proyecto con escuadra y cartabón. ‘Ferraz 70’ ya no se pone de lado. Los sondeos publicados sobre intención de voto en Andalucía obligan al sanchismo a mover pieza. Si, en las primarias federales de 2017, Susana Díaz obtuvo el 62 por ciento de los votos andaluces frente al 32 por ciento de Pedro Sánchez, ahora, con el respaldo de Jaén y Huelva cambiando de bando, podrían perfectamente invertirse los términos. Que si el tándem Juan Espadas/Ángeles Férriz, erre que erre. Que si Felipe Sicilia, por muy desconsiderado que haya sido con Paco Reyes, promovido por Adriana Lastra, no puede terminar siendo un convidado de piedra… Y Azarías, sonrisa bobalicona, encaramado en la encina, empeñado en ahorcar al señorito Iván. Inocente, inocente. Milana bonita.