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Última Columna

Churras con Merinas

“pecatas minutas” comparadas con otras mucho más gordas que nadie investiga, como son los enormes patrimonios acumulados por propios y testaferros

Publicado: 03/10/2018 ·
15:31
· Actualizado: 03/10/2018 · 15:31
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Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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Mezclar asuntos o unas cosas con otras permitía en el castellano tradicional utilizar  la frase: “no confundas churras con merinas”. Ambas son tipos diferentes de ovejas y en calidad de lana la que da la merina es más apreciada que la de la churra. En múltiples ocasiones y sobre todo en política se suelen mezclar aspectos de la vida personal, laboral, social y político de quienes a ella se dedican. Lleva este país más de un año sin salir del resuello  de desprestigiar al contrincante, adversario o enemigo político y lo grave es que casi todas la acción política gira en torno e este aspecto que parece esencial. Para ello  basta mirar las actas de los actos políticos o las hemerotecas periodísticas.

La estrategia ha sido mirar los expedientes académicos en casos del PP, el último, no cerrado políticamente aún por más que el supremo haya dicho lo que ha dicho, es más precisamente por decir lo que ha dicho. Con el Gobierno del PSOE la estrategia ha sido mirar las declaraciones de la renta y en el caso de la ministra de justicia desempolvar unas declaraciones “robadas” mediante grabaciones ilegales, donde dice esta señora lo que dice. Y por cierto no dice nada reprochable, lo que se le reprocha es que no lo pusiera en conocimiento de las autoridades en su momento.

Justicieros, andas sueltos, en todos los lados y en eso de señalarse políticamente hablando supone un riesgo de “coco y huevo”.  Porque miran muy dentro de todo para desacreditar a quien sea, con tal de coger al gordo al de “arriba”, como es el caso de la “coherencia” pedida al presidente Sr Sánchez,  para que cese al Sr Duque de la cartera ministerial, porque cuando no se tiene poder, real, se dicen muchas cosas que convendría no decir. Y cada vez se comprueba con mayor abundamiento la sabiduría que encierra esta máxima: “el ser humano es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras”.

Y en esto de los silencios el Tribunal Supremo flaco favor le hace el Sr Pablo Casado, cuando archiva la causa, que unos ven como un triunfo de su honorabilidad, cuando en la sentencia no hace más que sembrar dudas sobre ella, al dejar claramente probado tratos de favor, aunque eso sí, sin haber probado que él los pidiera. Los magistrados del altísimo tribunal no parecen caídos de un guindo cuando desestiman escrupulosamente la causa presuntamente prevaricadora pero dejan a las claras un clamoroso trato de favor y un fraude palmario en la conformación de un sobresaliente imposible de obtener ya que al menos el 10% de la calificación se obtenía por asistir, cosa probada en autos que el Sr Casado nunca hizo para sacarse el master.

En fin cosas que pasan, “pecatas minutas” comparadas con otras mucho más gordas que nadie investiga, como son los enormes patrimonios acumulados por propios y testaferros después de años en política y las cadenas de favores que se les arrima una vez han pasado por la puerta giratoria.

Fdo Rafael Fenoy

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