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Educar para el futuro

No todo se arreglará repitiendo exámenes

La filtración desde la web de la Universidad de Extremadura de parte de los exámenes de selectividad, ha causado que casi 5.000 estudiantes de bachillerato

Publicado: 15/06/2018 ·
10:13
· Actualizado: 15/06/2018 · 10:13
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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La filtración desde la web de la Universidad de Extremadura de parte de los exámenes de selectividad, ha causado que casi 5.000 estudiantes de bachillerato hayan tenido que repetirlos. Todo comenzó cuando el pasado 6 de junio esos ejercicios se descargaron 14 veces desde seis teléfonos diferentes, incluido uno de la propia universidad. Se baraja la posibilidad de que quien subió a la Web de la Universidad la carpeta que los contenía no la protegió “por error”.

Los estudiantes organizaron numerosos actos y manifestaciones mostrando su oposición a repetir la prueba y exigiendo responsabilidades por la filtración. Esta reacción parece lógica y no es de extrañar que los medios informativos y las redes sociales le hayan dedicado una gran atención, aunque me ha sorprendido mucho que apenas se haya debatido sobre el hecho de que al no querer repetir el examen, los alumnos que no copiaron estaban aceptando un fraude, suponiendo que era una alternativa mejor que la de volver a examinarse. A todos esos estudiantes parecía darles igual el fraude y la forma en cómo se produjo.

Pero no solo a los que sabían que su nota sería mala y a los que creían haber hecho bien las pruebas (sin copiar), sino también a los que no sabían cuál sería su resultado. Estando entre estos últimos los que argumentaban no querer estudiar otra vez lo que ya se les había olvidado y los que se confiaban en que con lo poco que hicieron podrían obtener el aprobado necesario para acceder a la carrera elegida.

Dos claras muestras de para lo que sirven este tipo de pruebas. Hace años, un alumno que por lo general sacaba buenas notas me dijo que le molestaba que algún compañero copiase en los exámenes que le ponía, y que aunque le acusasen de chivato no estaba dispuesto a permitirlo. Nunca le pregunté si estaría dispuesto a repetir un examen si se supiese posteriormente que alguien había copiado, probablemente no, pero de haberse dado el caso seguro que me habría exigido responsabilidades y alguna reparación.

En el mundo del hampa cuando un delincuente guarda silencio sobre un delito acepta la pena que le imponen, pero por lo visto en el de las pruebas de selectividad cuando sus gestores guardan silencio sobre un incidente la pena se impone a los estudiantes.

Dimisiones aparte, incidentes como el de Extremadura demuestran que en la gestión de la selectividad la solución de los fallos se hace recaer solo sobre unos estudiantes que se están jugando su futuro.

La falta de previsión para solventar casos como el ocurrido y la premura de tiempo para la matrícula universitaria parecen ser las causas de que lo ocurrido se zanjase de forma rápida y aséptica (no necesariamente justa). Por desgracia todos los problemas de la pruebas de acceso a la Universidad no se podrán arreglar haciendo que los alumnos repitan los exámenes.

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