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La Guardia Civil desarticula una banda de ?butroneros? rumanos

ha detenido a 13 personas, una de ellas en Cádiz y se ha imputado a otras siete

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  • Una muestra de los productos incautados por la Guardia Civil -
  • Actuaban en toda España y en Andalucía, en Cádiz, Sevilla y Huelva
La Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Guardia Civil de Cádiz, apoyada por las UOPJ de las comandancias de Sevilla y Huelva, en el marco de la denominada operación Anibal han detenido a 13 personas (9 en Huelva, 3 en Sevilla y 1 en Jerez de la Frontera) e imputado a otras siete, todas ellas de orígen rumano, como presuntos autores de numerosos robos en establecimientos comerciales, de los que alrededor de medio centenar se perpetraron en supermercados (fundamentalmente de la marca DIA, según explicaron ayer fuentes de la investigación) en lo que va de año.

El repentino incremento de robos en la provincia de Cádiz y en las limítrofes, utilizando un mismo modus operandi, hizo suponer a los investigadores que una misma organización delictiva, con gran movilidad podía ser la responsable de estos hechos.

Durante la tareas de vigilancia y seguimiento los agentes de la Guardia Civil lograron detectar su aparato de información y en semanas posteriores la identidad de los miembros de la banda.

Como consecuencia de la información obtenida por la Guardia Civil se logró sorprender in fraganti y detener a parte de la organización mientras trataban de robar en una famosa tienda de ropa de marca en pleno centro de la ciudad de Huelva.

estructura jerazquizada
La organización tenía una estructura jerarquizada, empleaba sofisticados sistemas de transmisiones, inhibidores de frecuencia para neutralizar las alarmas, ropa oscura para no ser vistos por la noche, guantes y herramientas para cometer los robos.

Varios integrantes de la banda, haciéndose pasar por clientes, realizaban una primera fase de exploración del objetivo donde iban a actuar, observando el sistema de alarmas, cámaras de vigilancia y locales anexos al supermercado para la realización del butrón. Una vez obtenida la información avisaban a jefe de la organización.

A continuación, una vez acordado el día del robo, los integrantes de la banda, se dirigían a los lugares que habían estudiado y ya en las proximidades del lugar elegido, el grupo establecía un cordón de seguridad constituyendo su propia red de transmisiones para alertar a los que cometían el robo de la posible presencia policial en la zona.

Mediante inhibidores de frecuencia y otros medios electrónicos desactivaban los sistemas de alarma del local y accedían a su interior tras realizar butrones en las paredes.

Una vez forzadas las cajas de seguridad se apropiaban del dinero en efectivo u otros objetos de valor de fácil salida al mercado.

Destaca la gran movilidad de la organización cuyos componentes llegaron a visitar comercios en Barcelona, Zaragoza y Sevilla en un mismo día, robando en unos y logrando información precisa en otros.

La red delictiva creía que al trasladarse continuamente de un lugar a otro sus delitos quedarían impunes. Así, los principales responsables llegaron a recorrer más de 10.000 kilómetros durante el último mes, procurando estar siempre lejos del lugar donde se estaba perpetrando el robo.

Su especialización en un tipo muy concreto de robo, no les impidió actuar también en otros campos como el narcotráfico, prostitución o duplicado de tarjetas de crédito.

Para cometer su último robo, los autores tuvieron que acceder primeramente al patio interior de un edificio en obras saltando por un muro de dos metros. Ya en el interior penetraron en una óptica a través de un agujero (butrón) practicado en la pared y, tras realizar otro nuevo butrón de 1,3 metros de profundidad, accedieron finalmente a la tienda objeto del robo.

Entre el material intevenido a la banda destacan herramientas utilizadas para la comisión de los robos, tarjetas de crédito falsificadas, cinco vehículos, 40 teléfonos móviles, gran cantidad de efectos sustraídos en los distintos robos, parte de los cuales ya estaban empequetados para su envío a Rumanía, un arma de fuego y varias armas blancas

Además, se estima que la organización podría haberse hecho con un botín de 300.000 euros entre dinero en efectivo y los diversos efectos sustraídos.

Fuentes de la investigación consultadas por INFORMACIÓN aseguraron que han detectado numerosos envíos de dinero y mercancía (supuestamente procedentes de los robos) a familiares de los delincuentes en Rumanía.

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