Van a cumplirse en los próximos días dos años desde la llegada al Gobierno local de las “fuerzas del cambio”. Dos años ya de aquel bochornoso Pleno de investidura que hizo de David de la Encina el alcalde de El Puerto.
Obviamente, lo bochornoso no fue que eligieran al alcalde, acto más que legítimo, sino el comportamiento de ciertos ediles y un público que olvidó en casa la educación, el respeto y la tolerancia.
Comenzaba una nueva etapa para El Puerto; una etapa que nos habían presentado un día antes en un pacto social y de progreso firmado por PSOE, IU y Levantemos.
Un programa de Gobierno que venía a ser un resumen de aquellas campañas que estos partidos montaron siendo oposición acompañados de aquellos históricos pancartos que tanto jalearon y que, como por arte de magia, han desaparecido del paisaje local.
Prometieron, puño en alto y pegatina en pecho, parar los parkings, remunicipalizar Apemsa, unificar las empresas municipales y poner fin a las políticas de PP y PA.
Han pasado ya dos años y por no haber, no hay ni el tripartito que empezó.
Ni se han unificado las empresas municipales, ni se ha revertido la semiprivatización de Apemsa ni se han paralizado los aparcamientos…
Han pasado dos años y tampoco hay presupuestos ni ordenanzas fiscales, se prorrogan los criticadísimos contratos con las grandes empresas de servicios del área de Medio Ambiente, ni hay playa para perros, ni Plan del Casco Histórico.
Y mira que me consta que el alcalde es un hombre trabajador y que le dedica todas las horas del día, pero no es menos cierto que desde el primer día se ha visto que no cuenta con un equipo preparado para la batalla que tiene que librar y que es mucho más complicada que lo que insinuaban desde los cómodos bancos de la oposición.
En estos dos años, no han sido pocos los que, al verme, me han mostrado su pena por cómo está El Puerto y por la gestión que se está llevando a cabo desde el Ayuntamiento.
No me corresponde a mí juzgarlo, pero me temo que quedan dos años que se van a hacer muy largos tanto para los miembros del equipo de Gobierno como para el conjunto de los ciudadanos.
No sé si serán ciertos los rumores e informaciones de que De la Encina lleva tiempo queriendo dimitir.
Si lo fuera, sería totalmente lógico por su parte.
