Hemos asistido a un penoso espectáculo en las redes sociales, con miles de comentarios, opiniones y argumentos intentando ridiculizar las palabras dichas por una niña de once años. Lo acontecido es triste porque aunque se trate de la Infanta Leonor, sus sentimientos pueden verse tan afectados como los de cualquier otra niña de 11 años.
Por otro lado, aunque podría parecer que muchos justifican actuar así para mostrar su rechazo a la Monarquía, todo este asunto no se relaciona con posturas políticas, sino con los muchos ignorantes convencidos de que cualquier acontecimiento puede transformarse en un recurso que justifique su protagonismo en las redes.
El asunto comenzó en las redes sociales a raíz de que un conocido semanario publicó que la Infanta Leonor había declarado – entre otras cosas – que lee a Stevenson y Carroll, y que le gustan las películas del director japonés Akira Kurosawa (considerado un autor de cine de culto). Concretamente le había gustado “Dersu Uzala”, película rusa apta para menores, dirigida por Kurosawa en 1975 y estrenada en España como “El cazador”.
No creo que Leonor pretendiese dárselas de intelectual al decir que le gustó esa película, pues estoy convencido de que con tal de que tenga un mínimo de sensibilidad, es natural que le gustase. Véanla y juzguen.
Para muchos de los mencionados ignorantes, el cine de Kurosawa no es apto para niños de esa edad, pero lo cierto es que actualmente la educación pretende aislar a los menores de muchos buenos contenidos útiles en su formación integral (libros, películas, música, teatro, etc.), por considerarlos demasiado cultos, complicados o difíciles de asimilar.
Antes con 11 años era normal leer libros de Verne o Stevenson, y ver en televisión películas de Ford, Houston, Wells, de los Hermanos Marx e incluso mudas. Ahora muchos consideran que para el desarrollo cerebral del niño, es mejor que vea películas y lea libros con contenidos adaptados para ellos.
En una sociedad donde la incultura crece alarmantemente, meterse con una niña por ser como quizás podría ser cualquier niño, puede parecer una “versión redes sociales” de lo que siempre ha sido el acoso y ridiculización del listo de la clase. Pero lo cierto es que en realidad solo es una muestra de que el esperpento valleinclanesco también se representa en Internet.
Personalmente opino que mientras tengamos la actual Constitución, la Infanta Leonor puede que algún día represente a nuestro país, así que como español contribuyente me satisface comprobar que parte de mis impuestos se gastan en darle a esa niña una formación tan completa que incluye el buen cine.
