Junto al polvo y al ruido que está sufriendo, al encontrarse los accesos a esta vía cortados al tráfico, (por la antigua bodega Valdespino y la calle Taxdirt), “nadie deja aquí su coche para arreglarlo, y los pocos clientes habituales me llaman mil veces para ver de qué forma pueden entrar en el taller”.
Paco Choquet ya ha tenido que despedir a uno de sus trabajadores, pero él no está solo en esta guerra. Este es el caso de Gabriel, propietario de la papelería El Tempul, sita en la misma calle, que ha tenido que diversificar sus productos “puesto que la venta de prensa y revista ha mermado el 70% de los ingresos de mi negocio”.
Gabriel asegura que nadie le comentó que la calle sería levantada por obras y lo que más le duele es que “unido a la crisis, esto es una injusticia pues no se han parado a pensar en los daños. Antes tenía parados los coches en doble fila, y ahora nadie se atreve a entrar a pie por si se cae”.
Junto a ellos, el laboratorios de vinos Real se está viendo afectado de tal manera que ningún camión puede acceder a sus instalaciones para cargar o descargar.