Estas últimas líneas del año te las dedico a ti. Sí, a ti. Puerto al que llegué hace ya más de nueve años. Puerto al que llegué desde aguas muy tranquilas, pero ante un momento de cambio que se avecinaba interesante.
Te lo dedico a ti que me facilitaste el atraque, la acogida y la estancia. A ti, que no te importó nunca de dónde soy, cómo soy, quién soy… aunque llegué a ti por mi profesión, nunca te valió sino el ser persona.
Estas últimas líneas del año van para ti. Puerto que me ha enseñado en estos años lo bonito y lo duro de la profesión periodística. Puerto que me ha permitido conocer a tantas personas y a conocer tanto de las personas.
A ti que me has enseñado a trabajar en equipo, a contar y a depender del otro, a que las cosas no siempre son de esa manera que parecen. A ti de la que aprendí que cada mañana puede ser un gran día.
Estas últimas líneas del año van dedicadas a ti por tanto como me diste estos años que me hiciste casi hijo tuyo.
Llegué como un periodista pequeñín, joven, inexperto, inmaduro… pero nunca fue impedimento para que me acogieras con los brazos abiertos. Brazos de esas asociaciones de vecinos, brazos de esos colectivos profesionales que siempre entendieron mi trabajo y mi forma de ser.
Estas últimas líneas del año te las dedico a ti. Puerto que me enseñó qué y cómo es la política y mucho, mucho de mi profesión: el periodismo. Quizá no tuve capacidad de aprender tanto como me enseñaste, pero es mucho lo que me llevo de ti. Y si algo tengo claro es que mereces más. Mucho más. Mereces más suerte, más tino, más empeño y más cariño de tu propia gente.
Estas últimas palabras te las dedico a ti, alcalde, concejal o técnico del Ayuntamiento.
Estas últimas líneas del año te las dedico a ti, compañero periodista. A ti vecino luchador, a ti comerciante o empresario.
A ti, joven inquieto. A ti, rincón de bodega, a ti, plaza de toros, a ti, trocito de playa, a ti, proyectos vividos, a ti por quien tanto he trabajado y tanto me he dejado la piel. Por quien tantos desvelos, tantas horas, tantos sufrimientos, tantas reuniones, tantas palabras escritas… invertí.
Estas últimas palabras del año son para ti, Puerto de Santa María.
