El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha advertido de que los gobiernos europeos han ido "demasiado lejos" en la aplicación de políticas de austeridad y que el estado en el que se halla a día de hoy la Unión Europea (UE) es "terrible".
En una entrevista con el diario belga 'L'Echo' publicada este sábado, Schulz recalca que "a nivel nacional, estamos demasiado comprometidos con las políticas de austeridad". "El argumento de que con la reducción de los Presupuestos públicos regresaría la confianza de los inversores es manifiestamente falso", añade el dirigente socialista alemán.
El debate sobre la austeridad ha adoptado una nueva dimensión. El presidente de la Comisión Europea, el también socialista José Manuel Durao Barroso, alertó esta semana que los recortes y ajustes han sobrepasado un límite.
A esto se suma la publicación este viernes en el diario galo 'Le Monde' de un documento del Partido Socialista francés (PS), liderado por el presidente François Hollande, que arremete contra la canciller alemana, Angela Merkel, por su "intransigencia egoísta" en favor de la austeridad.
Al respecto, Schulz, que se encuentra en muchas de las quinielas para presidir la Comisión Europea, considera que no se puede culpar a Angela Merkel de abogar por la austeridad, puesto que ha habido otros muchos mandatarios que también han apostado por los recortes y los ajustes para salir de la profunda crisis económica que azota Europa desde 2008.
A su juicio, no hay ninguna economía nacional que se recupere sin que se realicen "inversiones estratégicas" en la economía real y, en este sentido, Schulz destaca que Hollande ha sido "el único que ha rebatido este enfoque", aunque sin éxito.
El presidente del Parlamento Europeo dice "entender a la gente que se siente decepcionada" y adopte "una posición de escepticismo" hacia la "ineficiencia de la UE, la falta de transparencia en la toma de decisiones, en una 'troika' que impone ciertas medidas en países" la cual, enfatiza, "se halla en un estado terrible".
Precisamente, Schulz cuestiona la "responsabilidad democrática" del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, que componen la 'troika' junto con la Comisión Europea. No obstante, admite que "la gente no entiende el funcionamiento de la UE" y que ésta "se halla en un estado terrible".