El tiempo en: El Puerto
Publicidad Ai
Publicidad Ai

ToyotaAuris Hybrid, un tercio de confianza

Toyota ha ido a lo práctico en la nueva generación de su compacto Auris, con una previsión arriesgada de reparto equitativo de ventas en sus versiones de gasolina, diesel e híbrido: a un tercio cada una.

Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Lo más llamativo es que se han colocado las baterías detrás de los asientos traseros. -

Toyota ha ido a lo práctico en la nueva generación de su compacto Auris, con una previsión arriesgada de reparto equitativo de ventas en sus versiones de gasolina, diesel e híbrido: a un tercio cada una.
Y las porciones tienen su mérito, porque conceder igualdad de condiciones al híbrido con los convencionales, tal como se comporta hoy el mercado con estos modelos, interesantes, pero poco receptivos aún a la demanda, es muestra inequívoca de la confianza del fabricante japonés en su sistema de movilidad limpia, al que piensa, en el medio plazo, dotar a todas sus modelos.
De momento, está el pionero Prius, ya con familia, como el monovolumen Prius +; llegó hace poco el Yaris, el urbano; y acaba de desembarcar el nuevo Auris. Ya hay una oferta interesante.
Otro de los gestos de Toyota hacia su híbrido en uno de sus modelos claves del mercado, es que ha situado esta opción en la punta de lanza de su oferta con el reconocimiento de buque insignia de la gama.
Y no paran ahí las identificaciones exclusivas de la versión, a la que ha operado modificaciones específicas en la carrocería, los elementos dinámicos y el interior.
De esta última, lo más llamativo es que Toyota ha colocado las baterías del motor eléctrico debajo de los asientos traseros, una idea que ha supuesto que el habitáculo interior no haya sufrido, no solo mermas de habitabilidad, sino que las ha aumentado, con una mayor distancia entre filas de asientos, y un maletero, que ahora presenta una capacidad de 360 litros.
Por delante, domina el panorama una parrilla muy estrecha, longitudinal, en la que se enmarcan los faros y un logotipo agrandado. El capó tiene una fuerte caída hacia abajo, lo que hace que el modelo haya optimizado el coeficiente aerodinámico. La parte inferior se deja notar por unas defensas grandes, la toma de aire con filamentos en negro, que refuerza el sentido aerodinámico del coche, pues la altura libre del suelo se ha reducido en 1 centímetro.
De perfil hay mucha limpieza de líneas por un recorrido muy plano, en el que se destaca una línea de cintura, un tanto progresiva de adelante hacia atrás y una correcta dimensión de las ventanillas que se traduce luego en una panorámica bastante buena desde el interior.
La zaga remata la visión aerodinámica del coche con un portón “arrugado”, agradable a la vista, si bien la ventanilla de la zona queda parca en dimensiones, lo que luego también se traduce en una visión dificultosa desde dentro. Los trazos de los pilotos quedan un poco exagerados por unas formas geométricas que invaden buena parte del lateral. Las luces LED son exclusivas de la versión híbrida.
Ya se ha subrayado que el nuevo Auris ha reducido altura, concretamente, en 5,5 centímetros, pero aumenta longitud en 3 y mantiene inalterada la distancia entre ejes. Otras cotas como el peso también se han optimizado, con una minoración de 50 kilogramos de media en la gama y de 70 en lo que corresponde a la versión híbrida.
Por dentro, la vida a bordo tiene un estatus bastante agradable. El coche es luminoso por esa superficie acristalada bien proporcionada. No se escapan sensaciones de buen acabado y de calidad en los elementos y componentes, con abundante elementos blandos y, en lo que se refiere a la versión híbrida, con una dotación de telas y cuero en el salpicadero, resultona en un primer momento, pero que deja abiertos interrogantes sobre cómo absorberá la suciedad acumulada por el tiempo de uso.
Buena es la distribución de dispositivos y botones, intuitiva en todo momento, casi tendente a espartana, y su distribución se ha desplegado con mucho sentido común.
La propulsión, como en la lógica de un “full hybrid”, corresponde a la acción conjunta de un motor convencional gasolina de 1.8 litros, además de otro eléctrico HSD de corriente alterna que, entre los dos, arrojan un registro de potencia de 136 CV.
Por debajo de los 20 km/h y en los arranques, la función motriz corresponde al eléctrico, mientras que en velocidades punta más altas ya funciona el convencional, mientras se recarga el eléctrico.
La conducción se puede regular de tres modos: EV, Eco y Power. En el caso de la primera no emite CO2 ni óxido de nitrógeno, ni partícula alguna  y puede recorrer en modo eléctrico dos kilómetros a velocidades de hasta 50 km/h.
Las mejoras medioambientales de toda la gama del Auris se traducen en un nivel medio de emisiones de CO2 de 109 g/km, pero el registro se reduce a 87 g/km en el caso de este híbrido.
La experiencia de conducción tiene que recibir la alabanza de la suavidad de funcionamiento en cualquier circunstancia y no es de menospreciar tampoco la facilidad de recuperación que tiene desde regímenes de giro muy bajos. Hace muy grato el guiado.
En el consumo tampoco se desvía de la economía favorable que, por obligación, conlleva un vehículo de estas características y lo  refuta el dato de la prueba con un gasto que no llegó a los siete litros y que mantiene registros bajos a altas velocidades.
Toyota ha modificado en este nueva generación del Auris las suspensiones, de forma que en el tren delantero, con el sistema McPherson, se han revisado el anclaje superior, los topes, el resorte helicoidal y los amortiguadores, estos últimos endurecidos para ganar en confort de conducción y adaptar el coche a las preferencias dinámicas europeas. En el tren trasero, si algunas versiones llevan el eje torsional, en otras, de superior potencia y en la híbrida, se ha optado por el sistema multibrazo, a su vez, mejorado con nuevos resortes helicoidales y amortiguadores más flexibles.
Todas estas operaciones se traducen en una rodadura excelente del coche, muy aplomada, con sensación de plena adherencia al firme en todo momento y con apoyos equilibrados a la hora de trazar.cLa transmisión automática CVT efectúa los cambios con bastante suavidad, pero en la subida de vueltas deja traslucir un ruido ronco que poco o nada tiene que ver con sensaciones deportivas. Se hace un poco molesto.
La tecnología marca una pauta en el precio, pero sinceramente Toyota ha hecho un esfuerzo promocional de esta tecnología por dicha vía y añade 2.300 euros de descuento. Nominalmente, y sobre la referencia del resto de la gama convencional, resulta interesante, y aumenta este calificativo con las ventajas adicionales de las ayudas administrativas destinadas a potenciar el uso de estos vehículos limpios. En equipamiento de serie ni le falta ni le sobra nada en relación a lo que ofrece la competencia.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN