De este modo, la cofradía concluye un periodo de peregrinaje que le ha llevado a radicar temporalmente en la Catedral y San Dionisio. El regreso ha sido posible gracias a la reurbanización de toda la zona -convertida ahora en parque público-, que en principio garantiza el control de las aguas pluviales.
Sin embargo, tres años y medio después de aquella marcha forzosa, la promoción inmobiliaria se mantiene aún en obras y con muchas de sus viviendas pendientes aún de encontrar comprador. El periodo de exilio de la Hermandad del Perdón ha coincidido con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis, lo que justifica que el edificio que provocara las críticas de un sector de la sociedad no haya llegado siquiera a finalizar sus obras.
La histórica ermita de Guía y el esqueleto de esta promoción inmobiliaria comparten ahora un mismo espacio. La primera ya ha vuelto a la vida. La segunda, quizá nunca llegue a tenerla.