La actuación proyectada comprende un dragado de restitución de calados, consistente en la retirada del material de aportación del río Guadal-quivir y que se deposita en el entorno del dique exento, hasta un calado de una profundidad máxima de cuatro metros y con un volumen aproximado de tierra de 71.800 metros cúbicos. Este tipo de dragados no es periódico, sino que da respuesta a situaciones puntuales de aterramiento, que a su vez dependen de factores no fijos, como los temporales. De hecho, el último dragado de mantenimiento que se realizó en esta zona corresponde al año 2005.
La composición del material a dragar está formada básicamente por arenas, lodos y fangos compactos en su mayor parte y, en menor proporción, por material compuesto y productos de desecho de la actividad pesquera. Por ello, y dada la naturaleza de estos materiales, la gestión de los mismos pasará por su vertido a mar abierto, ya que no puede ser objeto de uso productivo.
En este sentido, el punto de vertido será el anteriormente utilizado en los dragados realizados en Chipiona en campañas anteriores. Este punto está situado, concretamente, a unas diez millas náuticas y media de distancia del puerto.