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El Último McGuffin - Babygirl (Halina Reijn, 2024)

Crítica de cine de Jesús González, de El Último McGuffin

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  • JESUS GONZÁLEZ. -

A finales de los años ochenta, e impulsado por el éxito de películas como Atracción Fatal (Adrian Lyne, 1987), el thriller erótico vivió una época dorada en la que cineastas y actores de renombre se involucraban en este tipo de historias, una eléctrica combinación de suspense y sexualidad, para dar lo mejor de sí mismos. Algunos hitos del género alcanzados durante este período fueron Instinto Básico (1992), de Paul Verhoeven o Eyes Wide Shut (1999), de Stanley Kubrick. La llegada del género a la televisión redimensionó la visión del público sobre estas películas, que poco a poco se vieron relegadas a ocupar las programaciones de las sobremesas. Precisamente Eyes Wide Shut nos sirve para enlazar con el estreno de esta semana, Babygirl, dirigida por Halina Reijn y protagonizada por la inagotable estrella que es Nicole Kidman.
Babygirl transcurre entre dos orgasmos de Romy (Nicole Kidman), una alta ejecutiva de una empresa tecnológica que es incapaz de satisfacer sus inconfesables pulsiones sexuales, a pesar del entusiasta cariño que le profesa su marido Jacob (Antonio Banderas). La llegada a la empresa de Samuel (Harris Dickinson), un jovencísimo y atractivo becario, trastocará algo en su interior, llevándola hasta nuevos límites que pondrán en peligro tanto su puesto de trabajo como su familia.

La excelente química que denotan los tres vértices de este triángulo amoroso hará el resto para conseguir que las escenas de alta tensión sexual de Babygirl destilen verdadero riesgo, arrojo y pasión

Babygirl.


La manera en la que está rodado el orgasmo con el que Halina Reijn abre su película marca el estilo visual que abordará la directora en el resto de la cinta, un estilo marcadamente autoral (la película está producida por A24), en el que destaca el uso de la cámara en mano durante la mayor parte de los encuentros físicos de los protagonistas, rodados de manera casi documental, y una limitada profundidad de campo, lo que insinúa que solo podemos ver la superficie de unos personajes que esconden mucho más de lo que se aprecia a simple vista. 
La excelente química que denotan los tres vértices de este triángulo amoroso hará el resto para conseguir que las escenas de alta tensión sexual de Babygirl destilen verdadero riesgo, arrojo y pasión, mientras se reflexiona sobre la represión de la sexualidad femenina en un mundo marcado por la moral masculina, tanto en el ámbito familiar como en el laboral.
El intenso juego de dinámicas de poder en el que se adentra como sumisa el personaje de Nicole Kidman, una mujer que por su posición social debería acotarse al manido y simplista rol de “mujer fuerte”, hace de Babygirl una película que funciona realmente bien cuando no sobreexplica ni juzga las decisiones que toman sus personajes. 
Un ejemplo claro de esto se da en una secuencia de una extrañeza casi mágica entre Nicole Kidman y Harris Dickinson, en la que suena de fondo Father Figure, temazo de George Michael que habla por sí mismo sobre la relación que establecen los personajes y cómo dan rienda suelta a sus pulsiones y deseos.
No dejen pasar la oportunidad de ir a los cines Artesiete Bahía Platinum para ver Babygirl, el retorno del mejor thriller erótico y la mejor Nicole Kidman. n

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