Se espera que el proceso se prolongue por espacio de varias semanas.
La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, acumula respaldos importantes para convertirse en la candidata de consenso que busca Europa como sustituta de Dominique Strauss-Kahn al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde el Viejo Continente el nombre de la ministra francesa no ha recolectado críticas ni oposiciones y sí una pléyade de adhesiones procedentes de las principales capitales y de Bruselas.
Confrontado a la amenaza de que la dirección del Fondo caiga en manos de un emergente, como reclaman algunos de estos países, Europa parece haber encontrado en la candidatura de Lagarde un consenso que les permita mantener el liderazgo de una institución de la que son el primer contribuyente.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, figura clave para la elección en 2007 de Strauss-Kahn, consideró a la ministra francesa como “la candidata ideal”.
Se espera que el proceso sucesorio se prolongue por espacio de varias semanas. Durante ese periodo capitaneará el FMI el hasta ahora número dos del organismo, John Lipsky, que anunció antes del escándalo su intención de dejar la institución en agosto.
Pese a que 187 países están representados en el organismo, los pesos pesados son EEUU y la Unión Europea, que controlan más del 50% del poder de voto.
La selección de un nuevo líder requiere una mayoría simple, con lo que el acuerdo tácito de EEUU y Europa garantiza la designación de un candidato.
Aunque la selección puede someterse a votación el Fondo prefiere que sea por “consenso”.
El primer paso del proceso comienza con el nombramiento de los candidatos por parte de los países.