Es cuestión de prioridades

Publicado: 18/10/2024
Artículo de opinión de Francisco Belaustegui, de Unión Portuense de El Puerto
La prioridad del PP de Beardo desde que asumió la alcaldía está clara; marketing, comunicación y venta de humo. Son muchas las evidencias, como por ejemplo, el uso de la radio municipal, las redes sociales, la financiación de medios, hasta la creación de su propio pasquín. Pero, sin duda, la más llamativa es la abrumadora cifra de cargos de confianza y el porcentaje de ellos dedicados a estos cometidos.
De los 14 cargos de confianza que tiene el alcalde actualmente en nómina, 10 de ellos trabajan para la “comunicación” del gobierno, siendo la última incorporación la guinda al pastel, una Directora de Comunicación “para el Ayuntamiento” que cobrará 56.000€ anuales. Cifra mayor que las de los Tenientes de Alcalde del Gobierno de Beardo, como el Sr. Calleja o el Sr. Millán. 
Es curioso que, teniendo un equipo de gobierno liderado por concejales sin apenas bagaje profesional como son Beardo, Bello, Garay o Millán, estos no compensen su falta de conocimiento con profesionales consagrados que puedan aportar experiencia en las áreas más importantes para un consistorio, como son Economía, Recursos Humanos o Urbanismo.
Sin embargo, se prefiere a estos denominados “expertos” en comunicación que tienen una labor importante: vendernos una ciudad que poco o nada se asimila con la realidad mientras adoran a su líder.
La gestión de un gobierno local implica la toma de decisiones importantes que impactan en la vida de los ciudadanos. Por ejemplo, los presupuestos municipales que regulan las inversiones y los gastos, deben elaborarse desde un enfoque tanto técnico como estratégico. Y desde luego a tiempo, ya que vuelven a la esperpéntica fórmula de aprobarlos ‘a toro pasado’, restando su utilidad y esencia. 
Esta falta de enfoque es lo que está llevando al gobierno de Beardo a esa demostrada falta de gestión y toma de decisiones erróneas que no están beneficiando a la ciudadanía portuense. Si se integrara, al menos a un experto en alguna de las áreas mencionadas, se fomentaría una toma de decisiones informada y se establecerían las bases para una gestión pública más eficaz. Y ya no solo por una cuestión de eficiencia administrativa, es que es un acto de responsabilidad hacia la ciudadanía.
Otra de las cuestiones que se plantea con el nombramiento de la Directora de Comunicaciones es si su fin es por y para el Ayuntamiento o, por el contrario, para los intereses particulares de Beardo.
Por tanto, habría que preguntarse ¿Es la ciudad la verdadera prioridad para el Sr. Alcalde o es promocionar su imagen para su propio ascenso en la política? Será cuestión de prioridades.
 

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