El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves mantener sin cambios los tipos de interés, de forma que la tasa de referencia para sus operaciones de refinanciación continuará en el 4,25%, la tasa de depósito en el 3,75% y la de la facilidad de préstamo en el 4,50%.
De este modo, tal y como descontaba el consenso de analistas, el BCE hace una pausa en el ajuste de los tipos que inició en su reunión del pasado mes de junio, cuando rebajó el precio del dinero de 25 puntos básicos.
En un comunicado, la institución ha subrayado que la información más reciente respalda, en líneas generales, la anterior valoración del Consejo de Gobierno sobre las perspectivas de inflación a medio plazo.
En este sentido, ha apuntado que, si bien algunos indicadores de la inflación subyacente aumentaron en mayo debido a factores transitorios, la mayor parte se han mantenido estables o han descendido en junio.
Asimismo, en línea con lo esperado, el BCE señala que el impacto inflacionista del elevado crecimiento de los salarios se ha visto absorbido por los beneficios.
"La política monetaria mantiene unas condiciones de financiación restrictivas", sostiene el BCE.
Al mismo tiempo, las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas, la inflación de los servicios es elevada y es probable que la inflación general continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año.
De este modo, el instituto emisor ha asegurado que el Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2% a medio plazo, y mantendrá los tipos de interés oficiales en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr ese objetivo.
Para este fin, el Consejo de Gobierno continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptarán en cada reunión, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados.
En particular, el BCE ha enfatizado que sus decisiones sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos.
La decisión sobre los tipos de interés del BCE llega un día después de que Eurostat confirmase que la tasa de inflación de la zona euro se situó en junio en el 2,5% interanual, una décima por debajo de la subida de los precios observada en mayo, aunque el encarecimiento de los servicios se mantuvo estable en el 4,1%, así como la lectura del 2,9% de la tasa de inflación subyacente.