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Objetos perdidos en vacaciones: una caja de sorpresas

Ropa, tecnología, juguetes, gafas, bolsos y mochilas son algunas de las pertenencias que más extraviamos durante nuestros viajes

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  • Maleta entreabierta con algunos objetos a la vista. -
  • Las vacaciones nos hacen descansar y relajarnos tanto que al terminarlas tenemos una menor concentración mental

Poco antes de las vacaciones de verano empiezan los preparativos, que incluyen el proceso de hacer la maleta y analizar qué llevar en ella, para lo cual muchos viajeros hacen una lista más o menos exhaustiva de aquello que no debe faltar en su equipaje para poder disponer de todo lo necesario en el lugar de destino del viaje. 

Sin embargo, cuando comenzamos nuestras vacaciones y a medida que pasan los días, nos vamos relajando cada vez más, nuestra mente está más pendiente de descansar, disfrutar y desconectar y al finalizarlas hemos perdido el nivel de atención que manteníamos al prepararlas e iniciarlas. 

Debido al aumento de los despistes y distracciones, se calcula que al finalizar su lapso vacacional, siete de cada diez viajeros, habrán perdido u olvidado algún objeto, que han traído desde su casa o adquirido durante el viaje, según una reciente encuesta del buscador de vuelos y hoteles Jetcost 


La encuesta de Jetcost (www.jetcost.es) se efectuó como parte de un estudio en el que participaron 2.000 ciudadanos españoles mayores de 18 años, que habían estado de vacaciones en verano al menos una vez en los últimos dos años, y sus conclusiones se consideran aplicables a los países americanos en general, según un especialista en turismo conocedor de esta investigación.

A todos los encuestados se les preguntó si alguna vez habían “perdido” o se habían olvidado algo durante sus vacaciones, a lo que el 69 % contestó afirmativamente.

A quienes contestaron afirmativamente se les preguntó qué era lo que habían perdido, siendo estas las respuestas más frecuentes: ropa (68%); tecnología (62%); juguetes (57%); gafas (42%); bolsos, mochilas y carteras (37%); libros (30%); llaves (22%); joyas (8%); relojes (7%) y dinero (5%).

Indumentaria y tecnología

Cuando se les solicitó qué especificaran qué tipo de ropa, tecnología y joyas habían perdido en mayor cantidad, los encuestados respondieron que los objetos que más extraviaron  fueron,  respectivamente, gorras, bañadores y ropa interior; cargadores, auriculares y USBs; y pendientes, colgantes y anillos.

Por otra parte, el 80% de los encuestados reconoció que no ha vuelto a recuperar los objetos perdidos, porque no saben dónde los han perdido, porque el establecimiento no los encuentra, o porque no los han reclamado, según este estudio. 

“Hay que recordar que, aunque los hoteles guardan los objetos perdidos durante un tiempo, no suelen contactar con los huéspedes para avisarles, siendo los viajeros quienes deben ponerse en contacto con el establecimiento para reclamarlos y ver cómo recuperarlos”, explica Enrique Sancho Cespedosa, especialista en turismo de Open Comunicación. 

Como dato curioso y más allá de la pérdida de objetos, Jetcost preguntó a los encuestados con hijos si alguna vez habían “perdido” a alguno de sus hijos durante sus vacaciones durante un corto lapso de tiempo, a lo que uno de cada cinco padres, es decir el 20%, contestó afirmativamente.

Los lugares más frecuentes donde esos padres extraviaron a sus respectivos hijos fueron: en la playa; alrededor de la piscina; en un centro comercial; en un parque temático; o en el hotel donde estaban de vacaciones, según los encuestados.
Los padres que habían extraviado a alguno de sus hijos, señalaron que transcurrió un media de cinco minutos, desde que se produjo el extravío hasta que volvieron e encontrar a su hijo perdido, según las respuestas recogidas en la encuesta.

Para evitar la angustiosa experiencia de perder a uno de nuestros hijos, aunque sea durante unos minutos, Ignazio Ciarmoli, director de marketing de Jetcost, recomienda a los padres que dejen a los niños pequeños en las guarderías que tienen la mayoría de los centros comerciales y hoteles, para poder realizar las compras más tranquilos o disfrutar de un rato a solas.

También sugiere colocar en la muñeca del niño una pulsera identificativa de silicona donde esté apuntado el número de teléfono móvil de los padres, incluyendo el prefijo de su país de origen, destacando que este útil complemento es impermeable, conserva la información sin borrarse y no produce alergias.

Aeropuertos, hoteles y estaciones

Según un estudio de Foundspot, (www.foundspot.com), un servicio que conecta a personas que han perdido algo con la persona u organismo que lo ha encontrado, el 70% de objetos que se pierden en aeropuertos y hoteles no vuelven a manos de sus dueños, y la mayor parte de los artículos extraviados en esos entornos son aparatos electrónicos, ropa y libros.

Teniendo en cuenta la cantidad de objetos perdidos que no se devuelven a sus dueños, los aeropuertos son los lugares más comunes donde los viajeros extravían algo, principalmente prendas de ropa, aunque tienden cada vez más a olvidarse aparatos electrónicos en estos espacios, según esta misma fuente.  

Otros de los lugares más habituales donde los viajeros y  vacacionistas pierden objetos en verano son las calles; los bares y cafeterías, y las estaciones de tren, según un informe del periodista de investigación Francisco Canals, especializado en sucesos y ciberdelitos (https://fcanals.com), 

Canals coinciden con Jetcost y Foundspot, en que la mayoría de los objetos extraviados nunca se recuperan, añadiendo que esto sucede principalmente porque tienen un valor tan reducido que sus dueños no intentan recuperarlos o debido a la incapacidad de sus propietarios de demostrar la propiedad de los objetos mediante documentos de valor probatorio.

Para facilitar la recuperación de los objetos, Canals recomienda etiquetar adecuadamente determinados productos, guardar las facturas de compra o apuntar los números de serie.

Añade que en el mercado hay disponibles ‘apps’ para la búsqueda y localización de objetos perdidos, así como localizadores GPS que se pueden adherir a los artículos más valiosos, y destaca que algunas oficinas de objetos perdidos permiten hacer consultas en línea y conocer, aportando el número de serie, si un objeto está en su base de datos.

Las oficinas de objetos perdidos se han convertido en una auténtica ‘caja de sorpresas’ que según Canals, han guardado  desde aves rapaces nocturnas o entradas para conciertos de grandes artistas, hasta dentaduras postizas, audífonos, tesinas universitarias y prótesis de distinta naturaleza.

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