Igual de efectivos son en disuadir a los grupos de jóvenes de estar en las plazas por la noche
La asociación de vecinos San Jaime quiere agradecer la labor que realiza la Policía de Barrio en esta zona, pues los agentes asignados a la Zona Sur han dado con la solución a un problema que esta entidad vecinal había reclamado desde 2004.
Explica el presidente, Andrés Márquez, que hay un local en la esquina de la calle Francisco Javier de Uriarte que al estar abandonado generaba una serie de olores que los vecinos achacaban a un comercio cercano, pero no ha sido hasta ahora cuando no han descubierto que procedía del interior del mismo.
Apunta Márquez que se enviaron distintos escritos al Ayuntamiento, cuando el responsable de Urbanismo era Juan Carlos Rodríguez, en reiteradas ocasiones, en 2004 así como en 2006, siendo esta última fecha la respuesta clarificadora para los vecinos, aunque finalmente el Consistorio no actuó. La intención era ponerse en contacto con el propietario del local para que lo limpiase y lo dejara en perfectas condiciones así como tabicarlo para que no se pudiera echar basura y suciedad en el interior como lleva ocurriendo seis años ya, y en caso de que no hubiera respuesta, sería el propio Ayuntamiento el que realizara la gestión, cargando los gastos con posterioridad al dueño.
Y no ha sido hasta hace unos días, cuando la asociación vecinal puso el caso en conocimiento de la Policía de Barrio cuando no han obtenido una solución. Efectivamente el local ha sido limpiado, para que no haya olores que lamentar, que era la mayor reivindicación de los vecinos, y por otro lado, para que no se vuelva a repetir esta situación, se ha obligado al dueño a precintar ventanas y puertas con el fin de que no vuelva a servir de vertedero
para los incívicos.
Como esto ha ocurrido en cuestión de días, Andrés Márquez asegura que lo que ha faltado desde 2004 ha sido voluntad para llevar a cabo los trámites necesarios, por lo que quieren agradecer el esfuerzo de la Policía de Barrio, que está acabando con las molestas concentraciones de jóvenes en las plazoletas a altas horas de la madrugada e incluso con su presencia están calmando el mercado de la droga, que también azota a la zona.