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Curioso Empedernido

Sentido de Estado

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Desde el pasado miércoles en el que el Presidente Zapatero anunció las medidas para recortar el gasto público y ahora que estamos a las puertas de una reforma laboral, hemos escuchado todo tipo de declaraciones, unas a favor, otras en contra. Se han hecho análisis de todos los colores y con argumentos de apoyo o de crítica.
Unas medidas con las que el gobierno de España pretende ahorrar en los dos próximos años 15.000 millones de euros, y que van desde la reducción en las retribuciones de los cargos públicos, de los  funcionarios, la congelación de las pensiones, excluyendo las no contributivas y la supresión del cheque bebe.

También engloban la reducción del gasto farmacéutico, la eliminación de la retroactividad en la aplicación de la Ley de Dependencia, la reducción en la ayuda oficial al Desarrollo, a la inversión pública y a los Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, así como la subida de los impuestos a las rentas más altas. Sobre todo esto, se podrá discutir, si podrían haberse tomado antes o después, pero si es así, hemos de afirmar que todos los países de la Unión Europea, que es donde nosotros estamos, estaban equivocados, ya que por ejemplo Italia, Reino Unido, Portugal o Alemania, han tomado decisiones similares a la par o después que nosotros.

De todo este barullo y ruido  que nos mantiene a todos preocupados, lo que más llama la atención, es que mientras en esos países u otros que harían la  lista interminable, en ninguno de ellos la oposición política se ha dedicado sistemáticamente a debilitar al gobierno de turno. Creo, que en política todo es discutible, incluso con calor y pasión, según la óptica con la que se mire, pero como estrategia no todo vale. Hay momentos, en los que hay que colocar los intereses generales por encima de los particulares, anteponer los del país a los partidarios, y no olvidar que ser adversarios no nos convierte en enemigos. No es comprensible, que mientras los máximos organismos internacionales, la Comisión Europea y los miembros del Eurogrupo, la OCDE; el Fondo Monetario Internacional o la Presidencia de los Estados Unidos reconozcan y aplaudan el valor y la valentía del gobierno de España,  el señor Rajoy, líder de la oposición se dediquen a poner a parir al señor Zapatero.

Con esta actitud, es muy posible que  en estos momentos logren desgastar políticamente al gobierno socialista, hasta que las encuestas les den resultados más favorables, pero es una visión muy pobre de lo que debe ser alguien que legítimamente aspira a ser alternativa de gobierno. Ahora no es el momento de meter el dedo en el ojo al presidente de turno,  tampoco son días para ir con el cesto dispuestos a recolectar votos. La historia, nos ha situado, a izquierda y derecha, frente a nuestra responsabilidad, y hemos de ejercerla en beneficio de España.
Hemos entre todos y todas hacer un gran esfuerzo, para que interior y exteriormente, demostremos que se puede confiar en nosotros, que somos un país moderno capaz de superar esta crisis, que no estamos solos, y que merece la pena invertir en España.

Como español  y como demócrata, me produce una sana envidia ver como nuestros vecinos portugueses o como el nuevo gobierno conservador y los laboristas en el Reino Unido, han llegado a un acuerdo para adoptar las medidas duras y necesarias para intentar superar los efectos de la actual crisis económica. Quizás ustedes que llevan un tiempo en la maquiavélica e inútil estrategia de “cuanto peor mejor”,  estén provocando que la ciudadanía se pregunte, ¿para qué sirven los políticos, además de para tirarse los trastos a la cabeza? Y créanme colaborar a generar ese clima de hartazgo, desapego y desilusión hacía la política, no es precisamente ser un buen patriota.

Señores y señoras del PP, tan difícil les resulta entender que no estamos solos y que todos los países de la eurozona están tomando duras medidas para ajustar sus  finanzas públicas. Sólo les pedimos responsabilidad y altura de miras. ¿Serán capaces? Inténtenlo.

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