Almería es la tierra en la que se encuentra el único desierto de Europa y cuenta con un importante déficit hídrico que ha hecho que bajo invernadero se haya aprendido a aprovechar hasta la última gota; sin embargo sus habitantes la consideran una “isla” por la falta de comunicaciones, especialmente ferroviarias.
Precisamente esta es una de las principales reclamaciones que el tejido social y empresarial almeriense hace a los candidatos a presidir la Junta de Andalucía. No en vano, en esta provincia es el caballo de batalla de la Mesa en Defensa del Ferrocarril, pero también de forma notable con el movimiento #ObjetivoAlmeríaAVE impulsado por la Cámara de Comercio.
Precisamente, el presidente del órgano cameral, Jerónimo Parra, insistía en una entrevista con Efe en la necesidad de la alta velocidad. Ahora mismo de Almería están saliendo alrededor de mil camiones diarios de media. Hablamos de casi 300.000 camiones anuales”, apuntaba Parra, quien recordaba que el principal cliente de los productores almerienses, Alemania, “está a más de 2.000 kilómetros”.
Defendía que el ferrocarril no solo permitirá reducir la huella de carbono, sino también aminorar los costes para un sector, el agrícola, que depende de unos “céntimos” para obtener rentabilidad.
Más recientemente manifestaba a los medios que “el AVE tiene que estar en Almería en 2026 sí o sí, no permitimos otra alternativa”. “Nuestra máxima preocupación ahora mismo está en Murcia, tenemos dos tramos con problemas: el paso por Lorca y el tramo que une Pulpí y Lorca, que están parados”, incidía sobre la línea de alta velocidad Murcia-Almería.
Pero no es el único que insiste en esta materia. También lo hace el presidente de la Confederación Empresarial de la Provincia de Almería (Asempal), quien hace apenas unos días subrayaba la oportunidad de los fondos Next Generation para dotar a esta provincia de las inversiones en infraestructuras hídricas y de comunicaciones.
La materialización del Corredor Mediterráneo y la alta velocidad no es en sí misma una competencia del Gobierno andaluz. Pero los empresarios consideran fundamental la coordinación entre administraciones para agilizar la integración de la alta velocidad en Almería capital y la conexión con el puerto.
La semana pasada era la Mesa en Defensa del Ferrocarril la que organizaba una especie de debate para sondear los compromisos de los diferentes partidos. Aunque todas las formaciones se mostraron favorables a seguir desarrollando la alta velocidad, integrar el tren en la capital o mejorar la línea convencional con Granada, el portavoz de esta plataforma, José Carlos Tejada, dijo echar en falta “propuestas y compromisos”.
Eso en lo que respecta al ferrocarril porque en lo que a carreteras se refiere, la patronal almeriense también reclama que se continúen los trabajos de la autovía del Almanzora hasta Baza (Granada) y la conexión de la capital con la A-92.
Sin olvidar tampoco que las conexiones aéreas en esta provincia son casi anecdóticas. Solo Air Nostrum une Almería con Madrid y Sevilla cada semana con unas frecuencias aceptables, y no son pocos los que piden mejoras y que se recuperen conexiones con destinos internacionales, especialmente en el mercado alemán.
Otra de las máximas prioridades es el agua. Buena prueba de ello es que la reducción en 11 hectómetros cúbicos del trasvase del Tajo-Segura se ha convertido en uno de los caballos de batalla de los diferentes partidos.
Y no es una cuestión baladí. Precisamente, a finales de marzo la Federación de Regantes de Almería FERAL conmemoraba el 50 aniversario de la instalación del riego por goteo en el país, justamente en la Finca Las Fresas de Vícar (Almería). El inicio de un “milagro” que ha desarrollado la economía almeriense sacando el mayor jugo a cada gota.
Pero los costes hacen cada vez más difícil obtener una buena rentabilidad y aquellos productores que tienen que usar el agua desalada acusan el mayor precio de la misma respecto a otras fuentes. Algo que ha hecho que tanto FERAL como la Mesa del Agua pidan al Gobierno establezca en 30 céntimos/m³ el agua desalada destinada al regadío.