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Los casi 50 cooperantes españoles, con precaución pero ?sin miedo?

Los cerca de 50 cooperantes españoles que trabajan de forma estable en Mauritania afrontan con preocupación el secuestro de tres de sus compañeros, pero se muestran dispuestos a continuar su labor ?sin miedo?.

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Los cerca de 50 cooperantes españoles que trabajan de forma estable en Mauritania afrontan con preocupación el secuestro de tres de sus compañeros, pero se muestran dispuestos a continuar su labor “sin miedo”.

En la oficina de la Organización No Gubernamental Asamblea de Cooperación Por la Paz (Accpp), dos jóvenes españolas y otros dos franceses ultiman los preparativos para viajar a una localidad cercana en la que coordinan un proyecto de seguridad alimentaria.


Han recibido la autorización por parte de la Oficina Técnica de Cooperación (OTC), condición indispensable para desplazarse fuera de la capital, y, como siempre, viajarán con al menos un mauritano que conoce bien el terreno.

Viven en la misma casa en la que trabajan, sin más protección que un murete y un guarda de seguridad nocturno, pero es que, asegura su coordinador Sebastien Benotti, “aquí tampoco hace falta más”.

Los índices de delincuencia común en Nuakchot son bajos en comparación con la mayoría de capitales del mundo, y ni siquiera la amenaza terrorista de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), presuntos autores del secuestro de los miembros de la ONG Barcelona Acció Solidaria, consigue vencer su voluntad de ayudar.

“Cuando vine aquí, ya sabía dónde me estaba metiendo”, explica Aurelie Hernández, que llegó hace apenas quince días a Nuakchot y, aunque sufre por los secuestrados, asegura que no se le ha pasado por la cabeza abandonar el país.

Los cuatro insisten en una máxima clara: la mejor medida de seguridad es ser discretos.

El recibimiento del pueblo mauritano –“pacífico por naturaleza”, recuerdan– les ha hecho sentirse bien acogidos.

Pese a todo, los rigores del clima y la dureza de vivir en uno de los países más pobres del mundo hace que la velocidad de rotación en las ONG sea rápida: el más veterano de ellos, Benotti, sólo lleva cuatro meses en Mauritania.

Parte de sus esfuerzos estos días se concentran en convencer a sus familias y amigos de que todo va bien y no corren peligro, aunque, por lo general, “se fían bastante de lo que decimos”, asegura en sus declaraciones María Ayuso, otra de las recién llegadas a la casa-cuartel de la ACPP.

La embajada española repitió tras el secuestro el pasado domingo de Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez las normas de seguridad básicas que deben respetar los miembros de las ONG.

Entre esos consejos están no utilizar el transporte público, procurar no repetir itinerarios cotidianos, evitar las aglomeraciones de vehículos o estar siempre localizable por teléfono.

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