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Málaga

El prudente homenaje a Teodoro Reding condicionado por este tiempo de pandemia

Décimo tercera edición del acto que hace memoria a quien fuera corregidor de Málaga que mandó las tropas que por primera vez vencieron al ejército napoleónico

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Un homenaje discreto.

La escultura inaugurada hace un año.

Con medidas anti pandemia.

  • impulsor durante su mandato, de 1806 a 1808, de múltiples reformas en materia social, sanitaria, política, económica y urbanística
  • Fue un ejemplo de humanidad y solidaridad con los más desfavorecido

Málaga ha celebrado la decimotercera edición del homenaje a quien fuera gobernador y corregidor de Málaga, máxima autoridad de la región a primeros del siglo XIX, y el general que mandó a las tropas españolas -y entre ellas, numerosos malagueños- que vencieron, por primera vez en la historia, a un cuerpo de Ejército napoleónico en la batalla de Bailén de 1808.

Eso sí, a diferencia de las anteriores ocasiones, la Asociación Histórico-Cultural "Teodoro Reding", impulsora del homenaje y del monumento en bronce que se inaugurara hace justamente un año en la Plaza de la Malagueta, decidió acudir en un reducido número y no hacer publicidad para evitar agrupar público en la calle en estos tiempos de pandemia. Pero sí emitirlo a través de su página de Facebook, desde la que fue seguido en directo por más de 160 personas de Málaga y otras partes del mundo.

A raíz de la situación provocada por la expansión del Covid-19, el colectivo cultural, compuesto por voluntarios de todas las edades, había suspendido todas sus actividades del año, pero no quería dejar pasar el mes de octubre sin realizar este recuerdo al insigne Reding, impulsor durante su mandato, entre 1806 y 1808, de múltiples reformas en materia social, sanitaria, política, económica y urbanística, y también ejemplo de humanidad y solidaridad con los más desfavorecidos.

Unas fechas en las que también su cumple el aniversario de su llegada a Málaga tras la victoria de Bailén. En nuestra ciudad sería recibido como el "libertador" y "vencedor de los tiranos de Europa" con múltiples festejos, y permanecería en ella hasta el 10 de octubre, cuando, con gran pesar de los malagueños, tuvo que partir para siempre a cumplir con su deber en el frente de Cataluña, donde, herido tras la batalla de Valls, fallecería a consecuencias de una epidemia de tifus en Tarragona, un 23 de abril de 1809.

No tendría entonces tanta suerte como en su querida Málaga seis años antes, cuando ya se ganó el cariño del pueblo por sus acciones durante la epidemia de fiebre amarilla a la que tuvo que hacer frente en 1803, con una segunda ola mucho peor en 1804. Una enfermedad que acabaría con la vida de más de 18.400 personas, y entre ellas más de 180 integrantes del llamado "Regimiento Suizo de Reding nº 3", con el que llegó a Málaga para guarnecerla en 1802, y con el que se encargó de controlar el confinamiento de la región para evitar que se extendiera, como relató Jon Valera Muñoz de Toro, presidente de la asociación.

Un homenaje que la asociación también quiso hacer extensivo "a los sanitarios que siguen luchando día a día frente al Sars-Cov-2 en primera línea de batalla", al mismo tiempo que llamaban a aprender de la Historia, demostrando responsabilidad y prudencia. Tras la primera ola de la epidemia de 1803, el propio Reding escribiría a sus familiares en Suiza diciendo: "Me cuesta pensar que a la hora actual nos acordemos tan poco de nuestros muertos. Todo el mundo toma las cosas demasiado a la ligera...”

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