El tiempo en: El Puerto

Jerez

La Merced se erige en anfitriona de una inédita ‘procesión de rogativas’

Miles de jerezanos pasaron ante la patrona en un día que marcó un punto de inflexión en la historia

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai

La Virgen de la Merced, en el centro de la basílica.

Los muros de la basílica de la Merced conservan uno de los retablos cerámicos más interesantes del paisaje urbano a nivel artístico e histórico. En esos azulejos se evocan procesiones de rogativas organizadas a lo largo de los siglos para pedir a la patrona el cese de calamidades de todo tipo: epidemias, sequías...

La sociedad ha evolucionado y la religiosidad popular también, de modo que como comentaba recientemente fray Felipe Ortuno, no estamos ya en tiempos de “milagrería barata” sino de “fe razonable”.  

Y esa razón aconsejaba que la Virgen de la Merced se quedara este año en su basílica y fuera los jerezanos quienes procesionaran hasta ella, evitando de este modo concentraciones multitudinarias y garantizándose el mantenimiento de las recomendaciones sanitarias.

Así se hizo. Como es tradicional en la basílica se sucedieron las eucaristías desde primeras horas de la mañana. Luego hubo un momento en el que las puertas se cerraron y se empezó a organizar la 'no procesión'.

La Virgen de la Merced bajó del altar que ha ocupado durante la novena y se ofreció en el centro de la basílica, quedando a ras de suelo para que los jerezanos pudieran pasar ante ella a lo largo de la tarde.  

Sobre una amplia alfombra y escoltada de nardos y otras flores aromáticas fue recibiendo las oraciones y plegarias de una verdadera multitud de devotos que debieron guardar cola para acceder a la basílica, en cuyo interior se tuvo un celo especial en no sobrepasar el aforo máximo aconsejado. 

Ante la patrona pasaron las hermandades, que en esta ocasión no pudieron integrar el cortejo procesional pero que sí dejaron sus ofrendas ante la Santísima Virgen. 

La Virgen de la Merced, acostumbrada a salir a la calle en tiempos de epidemias y calamidades, se convirtió este 24 de septiembre en anfitriona de esta inédita 'procesión de rogativas' protagonizada por sus devotos. Es la "fe razonable" que ha sustituido a la "milagrería barata" a la que aludió fray Felipe Ortuno. 

Voto de la Ciudad y 'despedida' de Mazuelos

Por la mañana, la alcaldesa, Mamen Sánchez, renovó el Voto de la ciudad a su patrona, en un acto al que asistió por última vez monseñor Mazuelos Pérez, que en los próximos días tomará posesión como obispo de Canarias.

La pandemia centró las intervenciones de ambos. La alcaldesa ofreció a la Santísima Virgen, su “compromiso, vocación de servicio, iniciativa y cercanía” para, “en colaboración con las restantes administraciones” poder “allanar el camino en la senda de la recuperación social y económica de la ciudad”.

Sánchez reclamó el “esfuerzo de todos y todas” para poder “sortear los obstáculos que la crisis social y sanitaria” ha “puesto en el camino”, teniendo en su intervención un especial recuerdo a todos aquellos profesionales, particulares y organizaciones de todo signo que trabajan en ese sentido desde que se declarase la pandemia.

En este sentido, la alcaldesa advirtió de que “una ciudad se fortalece con la participación de todos y todas”, mostrando su voluntad de “construir una sociedad de convivencia, de valores, donde por supuesto se erradique la desigualdad, la discriminación o la violencia machista”.

Sánchez mostró su voluntad de que este Voto “suponga la renovación del compromiso de toda la sociedad para seguir trabajando día a día en la modernización de una ciudad donde el centro de actuación deben ser las personas”.

La regidora confía en que con la “ayuda” de la Virgen de la Merced se puedan “seguir sumando complicidades, generando nuevas ilusiones y alcanzando retos compartidos”.

“Contamos contigo, alcaldesa perpetua, que este año también renuncias a tu recorrido procesional por la seguridad y la salud de todos tus fieles”, concluyó Mamen Sánchez.  

La enseñanza de la crisis

Por su parte, monseñor Mazuelos puso el acento en la “riqueza” que supone para la ciudad preservar la tradición del Voto a su patrona, dado que “un pueblo sin raíces está condenado a desaparecer”.

En este sentido, recordó que Jerez “decidió” hace “más de 750 años” asumir como propios conceptos como “el Derecho romano, la democracia griega y el humanismo cristiano” y que ello le permite en buena medida “seguir defendiendo la libertad y la justicia”.

Por eso “hoy más que nunca” este Voto a los pies de la patrona “es una llamada a lo que nos dice el Papa Francisco en su próxima encíclica sobre la fraternidad”.

Mazuelos entiende que esos conceptos resultan ahora imprescindibles toda vez que la pandemia ha dejado al descubierto que “este neocapitalismo salvaje que se quiere imponer a base de ideología y manipulación de los medios ha fracasado”.

“El lema de mi vida es mía ha fracasado, porque el coronavirus nos dice que todos somos responsables y al mismo tiempo hermanos”, incidió.

De ahí que el prelado aprovechase para hacer una invitación a la búsqueda “del bien común” que implica “trabajar a una porque hay mucha gente muy necesitada que está perdiendo su trabajo” y no se puede “estar jugando a hacer política”, sino que es imprescindible “poner toda la carne en el asador”.

Monseñor Mazuelos no pasó por alto la oportunidad de insinuar la necesidad de buscar fórmulas que permitan la recuperación del culto público, que forma parte de las “raíces” y la “cultura” del pueblo.

“¿Podemos salir en procesión? Pues habrá que ver… No nos pueden quitar todo en nombre del coronavirus cuando estamos ante tantas incoherencias y tenemos todavía tantas cosas que aprender. Hay que aprender a convivir con este virus”, apostilló el administrador apostólico.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN