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Arcos

En el interior del templo

La crisis sanitaria impidió que San Antonio y el Corpus Christi celebraran sus clásicas procesiones en las calles, pero vivieron su lado litúrgico

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Misa del sábado en San Francisco.

Corpus en Santa María.

Misa del sábado en San Francisco.

Misa del sábado en San Francisco.

La pandemia del Covid-19 ha alterado la plasmación más popular de los actos religiosos típicos de esta época del año, no así su sentido litúrgico. Así, la ciudad ha podido vivir su Corpus Christi en el interior de los templos, con celebraciones en las parroquias de San Francisco, Santa María y El Santiscal, e incluso en la ermita de El Romeral donde los fieles del pequeño Cristo se han reunido para celebrar la adoración del Santísimo en un maratón de veinticuatro horas con relevo en los turnos de vela, con una ermita engalanada en su altar para la ocasión.

En Santa María el Corpus se quedó igualmente el interior del templo, donde los feligreses también adoraron al Santísimo y tuvieron ocasión de asistir a la solemne misa del domingo que dio paso a la procesión de la Custodia por el interior de la Basílica Menor, de la mano en este caso de la hermandad de La Sacramental que dirige Luis Reyes.  En ambos casos los fieles que asistieron a los actos litúrgicos tuvieron que guardar escrupulosamente las medidas higiénico sanitarias, comenzando por el respeto a la distancia social establecida y el uso de mascarillas.

Mientras tanto, en la parroquia de San Francisco se solapaban las festividades del Corpus Christi y de San Antonio, tomando el protagonismo las hermandades del Dulce Nombre de Jesús y San Antonio, que compartieron liturgia y momentos de oración y adoración, pero del mismo modo sin la clásica procesión del santo recorriendo las calles de la feligresía. Las imágenes del santo y del Dulce Nombre vestido como antaño con su uniforme de corregidor lucieron en el altar mayor del templo.  Aunque no hubo procesión como tal, la hermandad del Martes Santo sí llevó a cabo el reparto del llamado Pan Bendito de San Antonio, que lució en grandes canastas delante del altar mayor.  Este año, porque así lo obliga la situación sanitaria, el pan se envasó individualmente y fue repartido durante el sábado y el domingo. Hermanos y devotos tuvieron ocasión de intercambiar este pan por litros de leche que la hermandad entrega a Cáritas Parroquial para su distribución entre las familias.

La misa principal del sábado, dirigida por el párroco Jorge Manrique, registró la presencia del alcalde de la ciudad, Isidoro Gambín, y del delegado territorial de Turismo y Justicia en Cádiz, Miguel Rodríguez, hermano además de la de San Antonio, así como de otros cargos políticos como la portavoz del grupo Ciudadanos en el Pleno municipal, Sonia Álvarez.  

Además, esta cofradía pone en marcha estos días otra campaña de recogida de fondos que igualmente tiene por destinataria a Cáritas parroquial, con aportaciones en este caso que se pueden hacer en mano, por transferencia bancaria o mediante bizum.

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