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Jaén

Más ahorro durante el confinamiento

El volumen de depósitos bancarios repunta en Jaén y ya supera al de los créditos, algo que no sucede en Andalucía y España

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  • Una sucursal de Caja Rural de Jaén, única entidad con presencia en los 97 municipios de la provincia -

El crecimiento de los depósitos, y por ende del ahorro bancario, y la reducción de los niveles de endeudamiento son indicadores que suelen anticipar etapas de desaceleración económica. Pues bien, en Jaén los depósitos bancarios han vuelto a repuntar en el último año, incluso antes de la llegada de la actual crisis sanitaria del Covid-19. Ahora, con el confinamiento forzado por el estado de alarma se espera que la capacidad de ahorro de los jiennenses crezca aún más. “Es una realidad que estamos constatando, los depósitos están creciendo porque las empresas y particulares están a la expectativa de la evolución de esta crisis; mientras, el crédito consumo está disminuyendo por la incertidumbre laboral”, asegura Juan Gallego, director comercial de Caja Rural de Jaén.

Según datos analizados por la compañía Hocelot, en 2019 cada trabajador español ahorró de media 334,25 euros al mes, o lo que es lo mismo, un 27,49 % de sus ingresos, un porcentaje que en el caso de los mayores de 84 años descendió hasta el 6,57 % de sus ingresos. Andalucía es, después de La Rioja, la comunidad con menor tasa de ahorro, con una media de 247,40 euros al mes de media, menos de la mitad de los 557,26 euros de ahorro de los asturianos, los más ahorradores.  Antonio Camacho, fundador y CEO de Hocelot, destaca que “la capacidad de ahorro es un indicador claro de la salud financiera de los ciudadanos. A la hora de enfrentarnos a un momento de crisis del empleo como el actual, cuanto mejor sea la salud financiera de los ciudadanos, menor impacto social tendrá la crisis económica”.

En la provincia jiennense,  los depósitos bancarios  han vuelto a situarse  casi a niveles del inicio de la última crisis económica. Según el Observatorio Económico de la provincia,  que  toma como referencia datos del Banco de España, a finales de septiembre pasado el total de depósitos bancarios en la provincia era de 10.051 millones, la cifra más alta en ese periodo en los últimos ocho años. De esa cantidad, 8.139 millones fueron depósitos a la vista, y 1.544 millones,  a plazo.  El volumen de depósitos vuelve a crecer a unos niveles similares a los que lo hizo en el inicio de la última crisis económica de 2008. No obstante, la ratio depósitos por cada 1.000 habitantes pone de manifiesto  que Jaén tiene una capacidad de ahorro similar a la andaluza, pero muy inferior a la española. En 2018 (último año disponible) la provincia registraba un total de 16,01 millones en depósitos por cada 1.000 habitantes.


Mientras tanto, el saldo vivo del crédito concedido en la provincia de Jaén por las entidades de depósito era, en septiembre de 2019, de 8.810 millones (en torno al 6% del total regional). Esta variable ha caído un 31,72% desde 2008, cuando la misma alcanzaba los 12.786 millones. Mientras que el crédito concedido al sector privado aumentó en un 0,26%, el otorgado al sector público se redujo en un 19,67%. En la ratio créditos/depósitos, hasta 2014  el volumen de créditos concedidos era superior al de depósitos en la provincia de Jaén, pero   en los cuatro ejercicios siguientes, la ratio baja de la unidad, lo que indica que el volumen de depósitos ha sido, por primera vez, mayor al de créditos, algo que no ocurre en Andalucía y España.

Un indicador que sí mantiene una tendencia a la baja en los últimos años es el del número de oficinas bancarias en la provincia. A finales de septiembre pasado eran 457, 15 menos que el año anterior, y 145 menos de las que había a principios de 2011. Es decir, en casi una década se han perdido una de cada cuatro oficinas y sucursales bancarias en la provincia. No es el caso de Caja Rural de Jaén, la única entidad con presencia en los 97 municipios de la provincia, y en casi la mitad de ellos es el único recurso financiero de la localidad. Ni la crisis del Covid-19 ha provocado el cierre de sucursales, aunque sí se han restringido los horarios de atención y se han extremado las medidas de prevención sanitarias. La ratio créditos/oficina en Jaén se sitúa en 18,65 millones por sucursal, frente a los 36,73 y 46,47 millones en Andalucía y España, respectivamente. Asimismo, la ratio depósitos/oficina en la provincia es de 21,84 millones por cada sucursal bancaria, cifra ésta muy inferior, también, a la registrada en el conjunto regional y nacional. Datos que revelan la reducida dimensión de las oficinas bancarias provinciales, que gestionan menos de la mitad de los créditos y depósitos que una sucursal española media. Por lo que respecta a la actividad hipotecaria, en el ejercicio 2018 (último año disponible) se cerraron 5.146 operaciones, por importe de 426,42 millones de euros, lo que supone un aumento del 4,55%, en número de operaciones, y del 8,41%, en lo que a importe se refiere. Las transacciones realizadas representan el 5,74%, en operaciones, y el 3,93%, en importe, del conjunto regional.

Recomendaciones del CEs 

El Consejo Económico y Social (CES) de la provincia expone en su última memoria algunos de los retos que tiene por delante el sector bancario en Jaén. Se aboga en primer lugar por aumentar y mejorar la fluidez de los recursos financieros –préstamos y líneas de crédito- a las familias y, sobre todo, a las empresas provinciales, con especial atención a  la construcción y la vivienda. Se apuesta también por mejorar, a corto plazo, la eficiencia de las entidades financieras “que han de adaptar su comportamiento a los cambios de los patrones de conducta de los clientes, tanto en la forma de relacionarse con las entidades como en las demandas que hacen a las entidades financieras”. Los retos relacionados con los avances tecnológicos y digitales, los tipos de interés reducidos y otros muchos cambios que se han producido a raíz de la crisis son otras consideraciones. De igual modo, el CES apuesta por reinvertir en la provincia de una parte de los beneficios que las entidades financieras obtienen en el territorio, “como una medida de responsabilidad social con el desarrollo territorial donde están asentadas”. Y se llama la atención para evitar el riesgo de exclusión financiera de las zonas provinciales menos pobladas y más deprimidas económicamente. Y fomentar fórmulas de financiación alternativas, como, por ejemplo, las distintas modalidades de capital riesgo, la concesión de préstamos por parte de fondos de inversión –direct lending, las redes de inversores privados, las sociedades de garantía recíproca, el crowdfunding o la financiación participativa.

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