Agustín Rosety no rehúye debate alguno. Áún coleando la polémica por sus tuits sobre Andalucía el pasado 28F, que ha encontrado feroces críticas en el partido de Teresa Rodríguez, el diputado nacional de Vox aclara que considera un engendro la “Andalucía política” y carga contra la ideología de género que, en su opinión, marca las políticas del Gobierno central en educación y controla “el nuevo feminismo”. “Vox está radicalmente en contra de eso”, asevera. Izquierda Andalucista ha solicitado su reprobación en el Parlamento a raíz de un tuit por “insultar la autonomía política y el Estatuto”.
Le acusan de haber llamado engendro a Andalucía, su himno y su bandera. ¿Le preocupa?
–No me preocupa. Vivo en un país donde la primera de todas las libertades es la libertad de expresión. En uso de mi libertad de expresión puedo decir lo que quiera mientras no ofenda a nadie y evidentemente no he ofendido. No es verdad que haya dicho que Andalucía es un engendro. Desafío a cualquiera que se vaya a Twitter y vea si yo he dicho semejante cosa. Andalucía es mi tierra, soy andaluz de naturaleza, español de ciudadanía, no tengo que decir como a veces se dice si uno se siente más español que catalán, más catalán que español, tan español como catalán. No se pueden mezclar las cosas. Andalucía es mi tierra, España es mi patria, mi nación, y además le debo lealtad como ciudadano. Estamos hablando por lo tanto de cosas muy distintas, si Andalucía es mi tierra, cómo voy a decir que es un engendro, es una realidad, no es una realidad nacional, pero claro que es una realidad natural.
Pero sí uso la palabra “engendro” al referirse a la comunidad autónoma.
–Me refería al engendro político. Un engendro es una cosa que se fabrica, y la verdad es que la comunidad autónoma se constituyó de forma un tanto artificiosa. Vamos a distinguir entre Andalucía nuestra tierra de la Andalucía política que es de lo que yo estaba hablando.
¿Insiste en que el Estado de las Autonomías es un problema?
–Es un problema para España, es ineficaz, ineficiente e insolidario. ¿Por qué es ineficaz? Lo estamos viendo ahora con la crisis del coronavirus. Tenemos 17 sistemas sanitarios diferentes pero el virus se pasea como quiere. Es ineficiente porque tiene problemas de economía de escala, hay servicios que están divididos entre distintos territorios por lo cual el gasto que se induce con esto es mucho mayor. Y es insolidario porque el diferencial entre Madrid y Andalucía ha aumentado. Ahora el Gobierno le da 4.000 millones a Cataluña y se los niega a la Policía Nacional y la Guardia Civil, mientras los Mossos perciben un salario muy superior haciendo la misma función. No creemos que esto sea una forma racional de organizarse. Es innegable que hay un modelo territorial abierto. Andalucía Adelante y Juanma Moreno se disputan la bandera andalucista.
Qué le vamos a hacer si ha habido una candidatura alternativa (a Abascal) y no ha salido adelante?
¿Qué plantea Vox?
–Una cosa es que tengamos una posición crítica hacia el Estado de las Autonomías y otra que no tengamos que trabajar políticamente en este marco. Vox se presento a las elecciones al Parlamento, obtuvo representación y aportó su contribución para sostener al Gobierno de coalición. Desde luego aspiramos a corregir en su momento el Estado de las Autonomías , dentro del marco constitucional, por supuesto, porque la deriva que sigue creemos que no lleva a ningún sitio positivo para España.
¿Con medidas como la devolución de competencias?
–La devolución de competencias, por supuesto, sería algo necesario. La centrifugación del Estado ha sido tremenda. Se ha ido desgarrando hasta el punto de que ahora no se pueden hacer unos presupuestos si no se negocian con todas las comunidades, perdiéndose el sentido de unidad nacional, rompiendo la igualdad entre los ciudadanos simplemente por vivir en distintas partes del territorio.
En esa corrección del modelo de Estado que plantean, ¿sobran las diputaciones?
–Tengo reservas ante aquellos que piden su eliminación. En España hay un número de municipios muy elevado. Viene de lejos, del siglo XIX. Las diputaciones ayudan a tener una gestión más racional en materia por ejemplo de recaudación. Si se suprimen la diputación crearíamos un problema que habría que resolver de alguna otra manera. A lo mejor hay que ir a un proceso de integración de ayuntamientos o tenemos que ir a áreas metropolitanas, a ciudades grandes. Si eso es una alternativa a las diputaciones, habrá que verlo. Pero simplemente suprimirlas de un plumazo sería un error.
Esta semana se ha manifestado en Andalucía la escuela pública, que también ha rechazado el pin parental. Con respecto al veto, ¿hay más ruido que realidad? No ha habido denuncia alguna.
–Que no haya denuncia no quiere decir que no se hayan producido los hechos. Yo sí conozco casos. Existe una intromisión por parte de las autoridades en la educación, en lo que concierne a los padres, la educación moral de sus hijos que tienen derecho a elegir libremente. Esto no se puede permitir, hay que apoyar a los padres para que puedan ejercitar ese derecho y esa responsabilidad que tienen.
Con respecto al decreto de escolarización, ¿cuánto ha influido Vox?
–Está claro que una de la líneas rojas de la colaboración de Vox en el pacto de Gobierno de Andalucía fue precisamente la educación. Algo ha tenido que ver.
Un decreto radicalmente diferente al espíritu de la nueva Ley de Educación.
–Tenemos una verdadera obsesión con las leyes de educación. Cada vez que la izquierda llega al poder parece que tiene el deber de hacernos una ley. Hay mucha ideología en esto y no debería haberla. El derecho a educar a los hijos corresponde a los padres. El Estado tiene el deber de prestar apoyo para poner un sistema de educación y dotarlo de los recursos necesarios para que los padres puedan ejercitar ese derecho. Por tanto, el Estado tendría que ser neutro. Esto que estamos teniendo ahora es el desastre de los desastres, es una ley realizada atropelladamente y por un procedimiento más que discutible. No acabará así, cuando haya un nuevo Gobierno volveremos a tener una nueva Ley de Educación y así seguiremos.
Los hombres están siendo muy maltratados en una situación en la que hay un claro supremacismo en favor de las mujeres
El 28F Vox sostenía que no había nada que celebrar. ¿Y este domingo, Día Internacional de la Mujer?
–Vox es un partido partidario de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y de remover cualquier obstáculo que pudiera ponérsele a eso. ¿Qué es lo que tenemos en este nuevo feminismo que estamos viendo ahora? Un intento por parte de la izquierda de utilizar a las mujeres y convencerlas en que están en una situación de inferioridad para transformar el modelo de sociedad con fines ideológicos. Esto es la ideología de género, otro engendro, algo artificial, para enfrentar en el marco de la familia a mujeres con hombres igual que antes se enfrentaba a obreros y patronos. Este es el marxismo cultural. Las mujeres deben saber que están siendo utilizadas en esto, enfrentándolas con sus parejas, con sus maridos, en el seno de sus familias, lo cual produce mucho dolor, produce mucha injusticia porque los hombres están siendo muy maltratados en una situación en la que hay un claro supremacismo en favor de las mujeres y los hijos están sufriendo las consecuencias. Vox nunca estará con eso.
Hay colectivos que les señalan como responsable de pérdidas de ayudas del Instituto Andaluz de la Mujer.
–¿Hablamos de los chiringuitos? Sí, claro, Vox está contra toda clase de chiringuitos. Algún día algún investigador nos explicará cuánto dinero se fue a parar a la financiación de chiringuitos ideológicos y de clientela y que han estado votando y alimentando a la Junta.
No van a la manifestación del domingo, claro.
–El domingo hay un acto en Vistalegre. No hay finalmente candidatura alternativa a Santiago Abascal. Los críticos han denunciado falta de democracia. –La democracia consiste en el respeto de las minorías, pero hay una cosa por delante, el Gobierno de la mayoría. Qué le vamos a hacer si ha habido una candidatura alternativa que ha tenido 200 avales. Pues no ha salido adelante. De eso no ha tenido la culpa nadie. Es democracia.
En la provincia, ¿se da por cerrada definitivamente la crisis?
–La palabra crisis significa muchas cosas, pero fundamentalmente lo que significa la palabra crisis es cambio, transformación. Vox tuvo un tiempo embrionario, se pasó a sacar 12 escaños en el Parlamento andaluz en muy poco tiempo. Inmediatamente vinieron las tres convocatorias electorales y el partido de pronto llega a 50.000 afiliados. Hay muchas personas que son nuevas, personas que se han acercado al partido que quieren contribuir con su propio esfuerzo, hay afiliados más antiguos y con más experiencia. Todo esto hay que integrarlo. Es lo que está sucediendo. Habrá elecciones y pondrán las cosas en su sitio.
¿Los resultados de las encuestas publicadas estos días en Andalucía coinciden con los datos que manejan?
–Las encuestas, encuestas son. El mensaje de Vox se va consolidando, se van cayendo tópicos. Lo único que queda es lo que le gusta decir a Pablo Iglesias: habla de la derecha, la ultra derecha y la ultra ultra derecha. Pero todo esto se va cayendo y apareciendo Vox como lo que realmente es, un partido conservador, social, que integra a personas de todas las capas y todos los sectores de la sociedad, que se identifica con esa idea de la España no abandona a nadie.
Se presentan como valedores de la equiparación salarial de Policía Nacional y Guardia Civil y de los militares de 45 años.
–Hay sectores de la sociedad que han tenido muy poca visibilidad durante muchísimo tiempo, que han permanecido silenciados por distintas razones. La Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por su disciplina y su espíritu de servicio, han guardado silencio ante situaciones de injusticia que han tenido que soportar hasta que ha llegado un momento en que se han puesto tan de manifiesto. Concretamente a raíz de los acontecimientos que hubo en Cataluña en 2017 que ha cristalizado en una protesta masiva con Jusapol que Vox ha atendido. Merecen no solo nuestro agradecimiento, sino que merecen ser escuchados en el entramado político burocrático en el que ha caído nuestra democracia a través de los grandes partidos nacionales. Los veteranos de 45 años de las Fuerzas Armadas son los únicos ciudadanos que se ven privados de su profesión solamente por la edad. Ellos piensan que siguen siendo útiles a la Nación y yo pienso lo mismo porque con 45 años mandaba la unidad de operaciones especiales y hacía lo mismo que uno de 25. No corría tan rápido pero corría. Están tan maltratados por razones presupuestarias.
También se han puesto a la cabeza de las reivindicaciones de los funcionarios de prisiones.
–Son muy responsables y conscientes de la labor de custodia que tienen y se sienten responsables del cuidado y de la salud de los internos. Es un cuerpo abnegado que no está siendo reconocido porque están en un sitio donde la sociedad prefiere no mirar.
¿Qué plantean ante la crisis de Airbus?
–El sector aeronáutico europeo es fuerte y resistirá. Será un problema coyuntural.
¿Y en cuanto a Navantia?
–Navantia tiene problemas. La carga de trabajo se está agotando y el Ministerio de Defensa no parece que vaya a tener nuevos encargos salvo algunas cosas que estaban pendientes. Pero no resuelven los problemas. ¿Qué va a pasar con la factoría de Puerto Real? Hay mucha preocupación. Planteaba la posibilidad de que parte de la carga de Ferrol se asignase a Cádiz pero también Ferrol tiene sus necesidades y también claro no se puede vestir un santo desvistiendo otro. Es importante que Navantia tenga la cartera de pedidos que tiene en el exterior. Para eso tiene que mantener su prestigio. Tenemos en primer lugar que demostrar que nosotros confiamos en nuestros productos y encargamos buques para la Armada. Hay que tener compromiso en el exterior. Cuando un grupo de combate entre en el Golfo Pérsico no podemos salir corriendo inmediatamente. El Gobierno debe tener una política exterior más a la altura del papel que debe tener España como acto estratégico. En tercer lugar, tenemos que salir de dudas de una vez con la exportación de armamento.
¿Qué es lo próximo que defenderá en Madrid?
–A mí me gustaría algo ambicioso, un plan estratégico, un conjunto de propuestas. Tenemos que reindustrializar las dos bahías y conectar Algeciras con el corredor mediterráneo y Cádiz, con el central. Es un proyecto que repercute, además, en obras de fábrica que están pendientes como el ferrocarril de Algeciras, que es uno de los chistes que corren sobre Renfe. Ha llegado a no haber tren simplemente porque se ha parado. Y tenemos una gran hipoteca en Cádiz que me gustaría que se resolviese, que el Gobierno tuviera un poco de patriotismo y sentido común. Gibraltar no es la fábrica de empleo del Campo de Gibraltar ni de la provincia. Gibraltar es un gran obstáculo para el desarrollo de la provincia.
España es un país colonizado que soporta en Gibraltar una base militar extranjera con todos sus riesgos. Tenemos que perder el complejito internacional
En este sentido, ha aplaudido al eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, que ha comparado a Gibraltar con un “barco pirata”.
–El discurso que veo en demás partidos es aceptar la situación. ¿Qué pasaría si se cierra la Verja? El problema lo tiene Gibraltar no España. Si lo tuviéramos claro podríamos negociar de otra manera, empezando por la soberanía. España es un país colonizado y soporta una base militar extranjera con todos sus riesgos sin que podamos decir nada. Tenemos que perder el complejito internacional. Me he alegrado mucho de oír a Ciudadanos por primera vez eso del “barco pirata”.
Lo mismo sirve para acercar las tres derechas.
–Ciudadanos y Vox coincidimos en algunas cosas pero estamos muy lejos en muchas otras. Nuestro programa de vida y familia es muy distinto de Ciudadanos, somos muy críticos con el Estado de las Autonomías, no somos tan liberales como Ciudadanos y somos más sociales. Son proyectos diferentes, aunque tenemos mucho en común también y queremos lo mejor para España.