Las formas curvilíneas de las salas del edificio proyectado por Gehry aparecen como espacio ideal para mostrar la exposición más amplia y exhaustiva dedicada en Europa a uno de los grandes maestros de la arquitectura del siglo XX, autor de la espiral más famosa e innovadora.
Dibujos, maquetas, fotografías, animaciones en 3D, dan a conocer la obra del autor del emblemático edificio del Guggenheim en Nueva York, que falleció seis meses antes de la inauguración del museo, en el que plasmó sus ideas sobre el sentido de libertad del espacio, su inquietud por integrar arquitectura y entorno natural y sus pioneras aportaciones a la redefinición del espacio arquitectónico.
Frank Lloyd Wright (1867-1959) subrayó la importancia del espacio interior de los edificios sobre la configuración y el planteamiento de su estructura exterior, tema central de una trayectoria bien representada en esta exposición, que procede de Nueva York, donde ha sido la más visitada desde que se inauguró el museo en 1959.
Con obras procedentes casi en su totalidad de la Fundación Frank Lloyd Wright, la muestra ha sido diseñada por varios comisarios, entre ellos por María Nicanor, adjunta del Guggenheim de Nueva York, quien insistió en que no se trata de una retrospectiva.