Los tres cascos bodegueros del antiguo conjunto de La Riva -entre las calles Arcos y María Antonia de Jesús Tirado- albergarán una promoción privada de alrededor de un centenar de viviendas.
El proceso inició este jueves su andadura con la aprobación en el Pleno municipal de una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) que contempla la posibilidad de construir entreplantas, favoreciendo así los usos residenciales.
La modificación ha sido solicitada por el propio promotor del proyecto y persigue “admitir otras formas de intervención en las naves catalogadas de estas bodegas para posibilitar, sin alterar su grado de catalogación, el desarrollo de proyectos de viviendas integradas dentro de las bodegas”, según explicó el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Medio Ambiente e Infraestructuras, José Antonio Díaz.
No en vano, la especial protección que existe sobre este tipo de edificaciones históricas obligará a conservar la estructura de los cascos bodegueros.
Las viviendas quedarán por tanto en el interior de esas edificaciones, siguiendo el ejemplo de otras promociones de características similares existentes en la ciudad.
La actuación incluirá también espacios verdes y la cesión al Ayuntamiento de dos viales integrados actualmente en el conjunto bodeguero y que pasarán a tener titularidad pública.
Las naves se encuentran en una zona privilegiada de la ciudad, frente a Pío XII, encontrándose dos de ellas ocupadas en la actualidad por un bingo y un bazar.
La intención del promotor es que el proyecto pueda empezar a ejecutarse cuanto antes, si bien previamente deberá superar el preceptivo trámite administrativo.
José Antonio Díaz destacó que con esta actuación se promueve “el desarrollo y la actividad económica en el centro”, al mismo tiempo que se ponen en valor “edificaciones históricas de la ciudad”.
El Pleno municipal también aprobó el inicio de una modificación puntual del PGOU que persigue impulsar el desarrollo de promociones de viviendas de protección oficial (VPO).
En concreto, se trata de modificar los coeficientes el uso previsto de VPO para de este modo hacer más atractiva la construcción de este tipo de inmuebles.
José Antonio Díaz defendió la necesidad de adecuar esos coeficientes a la realidad del sector inmobiliario, recordando que los mismos se fijaron en 2007 en plena burbuja inmobiliaria.
“Los aprovechamientos del PGOU se calcularon en su día según unas reglas de relaciones entre valores de los distintos usos que ahora mismo están desactualizadas y con esta modificación puntual se propone variar el coeficiente del uso previsto de VPO, no alterando nunca la edificabilidad de este tipo de viviendas”, explicó.