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Las rodillas de los niños obesos, como las de los mayores con artritis

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han determinado que los niños obesos tienen alteraciones biomecánicas similares a las de adultos

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Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han determinado que los niños obesos tienen alteraciones biomecánicas similares a las de adultos con dolor crónico de espalda o artritis de rodilla avanzada, en el marco de un estudio en el que se ha revisado toda la literatura científica sobre esas alteraciones que experimentan niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad cuando caminan.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido la obesidad como "la epidemia mundial de salud más preocupante del siglo XXI" y en España entre un 55 y 70 por ciento de los adultos y un 30-33 por ciento de los niños tienen sobrepeso u obesidad, siendo de los países con mayor incidencia dentro de la Unión Europea.

Entre otras muchas consecuencias, una persona con obesidad tiene mayor dificultad para desplazar su peso corporal y eso se ve reflejado en su forma de moverse (biomecánica).


Esta cuestión no ha pasado desapercibida para la ciencia, y se sabe que la obesidad produce alteraciones biomecánicas que pueden repercutir en el desarrollo de patologías en el sistema musculoesquelético como dolencias, lesiones o artritis articulares.

Estas alteraciones biomecánicas ocurren incluso al caminar. Sin embargo, hasta la fecha no había evidencia científica suficiente demostrando que este hecho también ocurre en las primeras etapas de la vida, como son la infancia y la adolescencia.

Con este trabajo, los autores han pretendido principalmente buscar una explicación de por qué los niños y adolescentes obesos tienen hasta un 40% de mayor riesgo de sufrir dolores en zonas como las rodillas o la espalda, y entender por qué caminar supone un mayor esfuerzo para ellos.

Por el simple hecho de tener que desplazar más kilos, estos niños y adolescentes demostraron una mayor absorción y generación de fuerza en caderas, rodillas y tobillos, además de presentar casi el doble de carga en las articulaciones femoroacetabular (cabeza del fémur) y femorotibital (unión fémur y tibia) que niños y adolescentes con un peso normal.

En este sentido, los autores advierten de que, a pesar de tener que desplazar mayor peso durante todo el día, su sistema muscular y esquelético sigue sin estar adaptado para soportar esas magnitudes de fuerzas y cargas.

SOBREACTIVACIÓN DEL SÓLEO

Por último, este estudio demuestra que estos niños y adolescentes tienen una sobreactivación del sóleo, un músculo clave que ayuda a propulsarnos y a mantener el equilibrio cuando caminamos.

Los autores del estudio concluyen que las alteraciones biomecánicas descritas podrían tener consecuencias devastadoras a corto y largo plazo sobre el sistema muscular y esquelético de estos niños y adolescentes, especialmente en la zona lumbar, caderas y rodillas.

Características biomecánicas similares se han observado en personas adultas con dolor crónico de espalda y un desarrollo avanzado de artritis de rodilla.

En base a estos resultados, caminar podría parecer una actividad de alto riesgo para estos niños y adolescentes pero los autores, lejos de pretender que paren de moverse, inciden en que la actividad física es innegociable: "tiene que seguir moviéndose y cuanto más mejor".

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