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Jerez

Vecinos de la calle Ávila exigen el cierre del centro de menores

"No somos racistas, sólo pedimos que se respete la convivencia”, reivindican los residentes de esta calle del centro de Jerez

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  • Imagen del extinto Hotel Ávila, reconvertido en albergue para menores -

Hace prácticamente un año, la Junta de Andalucía, ante la saturación vivida en sus centros de acogida de menores, tanto propios como externalizados, dispuso de las instalaciones del extinto Hotel Ávila, ubicado en la calle Ávila de Jerez, para convertirlo en albergue con unas 70 plazas, concediendo la gestión de las instalaciones y la atención y cuidado de los menores a la empresa Anide. La propia Junta reconoció que se habían visto sobrepasados por la situación: se encontró con una sobrepoblación de 4.500 menores y sin tiempo ni medios para resolverla, más allá de responder a su obligación de dar tutela a todos esos menores.

Sin embargo, pronto se encontró con la denuncia de la Apdha por la situación en la que se encontraban los menores, y con la de los propios vecinos de la zona, que relataron las continuas molestias que la apertura del albergue estaba ocasionando en el vecindario y, más aún, tras comprobar que aquello no era una medida provisional. Ya emprendieron en septiembre pasado una recogida de firmas para reclamar soluciones, pero la situación ha vuelto a sobrepasar los límites de su paciencia esta misma semana, tras un altercado vivido a las puertas del antiguo hotel en la noche del jueves y que provocó la presencia de “hasta seis furgones de la Policía”, según testimonio de uno de los vecinos afectados.

Ya no les bastan las soluciones -que no han llegado- y piden el cierre inmediato del centro de acogida. Para ello, este mismo lunes tienen previsto mantener una primera reunión con vecinos de la calle, y de otras colindantes, para organizarse como colectivo y emprender acciones de protesta hasta que se atienda su petición.


Cristóbal, uno de los denunciantes, advierte: “No queremos que nos tachen de racistas. Es una mera cuestión de convivencia pacífica, de que le marquen a estos chavales pautas de comportamiento, que los formen para que respeten a todo el mundo, y no el descontrol que hay en ese centro, que no reúne las capacidades para atender a estos menores”.

Según relata, la situación se agrava durante la noche, cuando los jóvenes salen a los balcones que dan a la calle y empiezan a hablarse a gritos entre ellos; algo que se ha acrecentado ya con la entrada del buen tiempo, aunque subraya que “esto ha sido un día sí y otro también, incluso durante el invierno. No podemos vivir con este griterío”.

Están cansados de llamar a la Policía y hasta han presentado denuncias en el Ayuntamiento, pero a la vista de que nadie atiende sus reclamaciones han decidido pasar a la acción. “Lo primero que vamos a hacer es cortar la calle Arcos, para que todo Jerez sea consciente de la situación por la que estamos pasando y se intervenga de una vez”.

Los vecinos aseguran que incluso se han dirigido a la directora del centro para pedirle que ponga agentes de seguridad y contarle que “los chavales se descuelgan por los balcones para escaparse, ya que esta situación está empezando a darnos miedo”.

La APDH denunció la “improvisación”

La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ya alertó hace un año, con motivo de la reapertura del extinto Hotel Ávila para este nuevo uso, de la “inadecuada localización” de este “improvisado” albergue para los menores, advirtiendo entre otras cosas de que la administración debía prevenir posibles problemas, al mismo tiempo que asegurar la convivencia con la población más cercana.

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